5.6.21

Non capisco niente

Parece que Historia de España contada a las niñas, de María Bastarós, ha ganado varios premios y por tanto no debería dudar en ningún momento de su calidad. Lo cierto es que ni siquiera sabía que existiera, como tampoco conocía los Puchi Awards, así que jamás hubiera leído esta obra si una amiga no me la hubiera dado para leerla, liberarla en BookCrossing o hacer lo que quisiera con ella excepto devolvérsela. Imagino que la hubiera liberado directamente si me hubiera informado previamente sobre el primer premio recibido, ya que "Puchi Award busca premiar las propuestas de libro más libres, brillantes y renovadoras, sin renunciar a ningún género, centrándose únicamente en su osadía y su vinculación con los distintos lenguajes del presente." y no soy yo amiga de los experimentos.

Cuando alguien afirma que un libro premiado (o muy vendido y alabado) no le ha gustado se le suele contestar "Es que no lo has entendido". No tengo ningún problema en admitir que, efectivamente, no me he enterado de nada. Desconcierto absoluto. A ver cómo consigo abordar este post y que resulte medianamente inteligible.

Hay un pueblo habitado únicamente por mujeres del que desaparecen unas hermanas gemelas, secuestradas por un hombre que las mantiene en un sótano con la única compañía de un cervatillo blanco. En aquel pueblo sólo había dos representantes del sexo opuesto, el repartidor que mantenía a la población en contacto con el resto de la civilización y un niño cuyo nacimiento desconcertó a todas las vecinas, pero pronto quedó huérfano y lo enviaron a la Ciudad con su padre. Partimos por tanto de un pueblo especial, pero rápidamente los personajes son apartados de allí y ni siquiera parecen tener relación entre ellos. Tampoco parecen tenerla una política sexy a la que su marido no satisface, dos primas muy diferentes entre sí que descubren que son adoptadas, una pareja de policías que casi son aplastados por una suicida que se ha arrojado de su terraza, una panda de chavales que planean una violación en grupo a través del Whatsapp y las chicas con desórdenes alimenticios que se animan a perder peso a través de las redes. La novela va saltando de un personaje a otro, a veces con años de diferencia entre su anterior aparición y la actual, y si hay suerte deja caer un punto de conexión entre unos personajes y otros: el niño que abandonó el pueblo caza un ciervo albino y ésa será toda su relación con las gemelas desaparecidas, por ejemplo, algo casi anecdótico. 

Creo que fue en Sefarad, de Antonio Muñoz Molina, donde se ponía de relieve que todos somos personajes secundarios en las historias de otros, pero en el caso de Historia de España contada a las niñas se podría decir que son meros figurantes.

Las gemelas, las primas adoptadas y una tal Lucy que aparecerá bien avanzada la historia sí están mucho más ligadas, pero incluso así el lazo es de parentesco y todo lo experimentan por separado. Estas leves tangencias en las trayectorias de unos y otros es lo que da algo de coherencia a toda la obra, pero hay tantas vivencias tan diferentes, temas tan diversos que se apuntan sin desarrollarse, que yo no sabía qué me estaba intentando contar la historia ni si debía sacar alguna conclusión de todo aquello. Como era incapaz de discernir qué se me estaba planteando, ni siquiera he sido capaz de saber si se llega a resolver algo. No será porque no son páginas repletas de asuntos espeluznantes o ridículos, porque incluso hay una reunión new age de feministas que buscan la comunión con la Gran Madre o a saber qué y terminan con la chamana intoxicada por el peyote (esa parte es muy divertida), pero me dio la impresión de que todo queda demasiado diluido entre el aluvión de temas y personajes.

No dudo que sea una gran obra digna de todos los premios recibidos y muchos más pero, honestamente, no la he entendido.