23.11.08

Un calendario de libros libres

Alguien me podrá decir que cómo me atrevo a fusilar un post del blog de BC-Sevilla, pero al fin y al cabo ese post lo he redactado yo y la idea me parece tan bonita, hay unas fotos tan curiosas, que me pareció que merece la pena darle difusión a esta iniciativa:

Todos los años por estas fechas empiezan a venderse calendarios: polémicos como el de Pirelli, solidarios con bomberos desnudos o viñetas referentes al estado precario de los trabajadores, de los pequeñitos que contienen una pequeña participación de lotería... De todos los tipos. Y los beceros griegos han decidido hacer uno ilustrado con fotografías de libros liberados a lo salvaje y piden ayuda para decidir qué fotografías son las que representarán los diferentes meses.

El post en que nos invitan a votar es éste, escrito por MafaldaQ, que burdamente traducido al castellano diría:

"Hace poco decidí organizar un concurso para los beceros griegos.

Aquí está el hilo del concurso:
http://www.bookcrossing.com/forum/28/5670415

Aquí está el grupo que se ha creado para que los participantes suban sus fotografías. También puedes encontrar una traducción aproximada de las normas del concurso:
http://www.flickr.com/groups/875598@N21/

¡Y aquí es cuando hago mi petición! Me gustaría invitaros a todos a ver el muro del grupo y votéis, si os apetece. Por favor, considerad:

1.Cada bookcrosser tiene derecho a doce votos (tantos como meses del calendario que vamos a crear).
2.El plazo de votación empieza el 15 de noviembre y acaba el 30 de noviembre.
3.Por favor, numerad los votos para ayudarme a contabilizarlos con facilidad. El orden de los números no influye en la votación. Todos los números cuentan como un único voto.
4.Tan sólo hay que comentar la foto elegida dando tu nick en BC, la palabra vote y el número del voto. Aquí hay algunos ejemplos:

mafaldaQ – vote 1 of 12
mafaldaQ – vote 5 of 12

En caso de que quieras comentar algo más, ¡siéntete libre de hacerlo! Por favor, tened en cuenta que sólo puedes comentar una fotografía en Flickr si tienes una cuenta en Flickr, ¡lo cual es gratis!

Si no quieres crearte una cuenta en Flickr, tan sólo escribe los links de las fotos a las que quieres votar aquí:
http://www.bookcrossing.com/forum/5/5843883

¡De forma aleatoria elegiré a cinco votantes y los premiaré con una copia del calendario!

¡Muchas gracias a todos!"

En ese grupo de Flickr hay fotos preciosas, sólo por poder echarles un vistazo ya merece la pena esta iniciativa. ¡Suerte a aquellos que os decidáis a votar!

5.11.08

Los ríos cantan y la mar marea

El reinado de Witiza, de Fernando García Pavón, fue finalista del Premio Nadal en 1967. Este ejemplar en concreto me lo dio alguien para que lo liberase a través de BookCrossing y no sé por qué sentí el impulso de guardarlo y leerlo antes de dejarlo en la calle, pero no me arrepiento en absoluto: es una obra detectivesca, sí, pero más que la trama de investigación me ha deleitado el tratamiento que se da a la vida en el pueblo, a las costumbres, que todos se conocen entre sí, la diferencia de ritmo respecto a lo que se conoce hoy día, a lo que se suma un lenguaje que es muy llano y abunda en expresiones coloquiales, pero se utiliza con tanta excelencia que da lugar a pasajes tan evocadores y hermosos como el que copio hoy:

"Los ríos cantan y la mar marea, pero el agua de laguna es de melancolía. Sólo para mirarse la cara en sus espejos, ver marcharse la tarde paso a paso y recibir el amanecer en su bandeja. Las tardes junto a las lagunas son de añoranza... Tal vez las aguas no se hicieron para estar quietas, como ojos cansados."

22.10.08

Sutiles sugerencias para que pagues

Esta mañana, como de costumbre, tras desayunar he vaciado el correo y he encontrado las alertas de liberación de BookCrossing: eran tres o cuatro libros, no recuerdo cuántos, pero sí recuerdo que fueron liberados ayer a las nueve de la mañana en Plaza de Armas. ¿Cuánta gente puede transitar por Plaza de Armas a las nueve de la mañana? ¿Infinidad más uno? Entre el tráfico de personas que experimenta la zona y que los libros fueron liberados ayer a primera hora de la mañana, en el supuesto caso de que me hubiera interesado alguno ¿qué posibilidad real tendría de encontrarlo? Ninguna.

De manera similar, los usuarios más histéricos (por fortuna yo dejo de preocuparme por los libros en cuanto salen de mi casa: yo libero a lo salvaje o certifico el envío, así que todo queda en manos del azar o de Correos) se quejan de que no reciben las notas en los diarios de viaje de los libros de forma inmediata, sino un día después, todas las que se hayan hecho reunidas en un único mail. Lo mismo que están haciendo con los avisos de liberación.

Honestamente, no sé qué precio tienen los servicios de internet. Algo he oído sobre el tremendo consumo de energía de los servidores, pero desconozco todo lo relativo al envío automático de correos electrónicos y no sé cómo se factura, así que no sé si es más barato recopilar todos los mail en un único envío diario o permitir que todo aquello que tenía que almacenarse durante el día se envíe automáticamente en el momento de generarse. Tal vez menor número de envíos implique menor coste, pero a mí lo que me toca la moral es la forma tan descarada en que están recortando los servicios de los usuarios normales para instigarnos a pagar unos treinta euros anuales y hacernos usuarios premium.

Alguien dirá que treinta euros anuales son una minucia, pero no nos engañemos: siempre se ha intentado convencer a la gente de las bondades de BookCrossing diciendo que es fácil, divertido y gratuito, pero de una temporada a esta parte el aspecto comercial de la web se ha ido haciendo más evidente y descarado. Siempre he dicho que el día que BC me cueste dinero (juas, como si imprimir etiquetas o enviar libros por correo no me lo costase ya) dejaría de liberar libros y que jamás le vi el lado romántico a una actividad tan utópica como ésta, pero precisamente porque es un movimiento que promueve el libre intercambio de los libros, los "libros gratis", me parece un tanto inmoral hacer negocio a toda costa. Siempre han existido la tienda y los usuarios premium y lo comprendo, porque hay que pagar servidores, trabajadores y demas, pero empujarnos al pago de esta manera... No diré que me parece inadmisible porque entiendo que la página tiene que mantenerse, ¡pero que encima se hagan multimillonarios sí me parece cachondearse de los usuarios, porque predican el afán de compartir cuando se trata de obtener dividendos!

La cuestión empezó hace tiempo: una buena mañana, borraron el contenido del perfil de usuario de todos aquellos que no tuvieran alas (para los legos, diré que las alas son lo que te identifican como usuario premium, de pago) y añadieron que aquellos que no apoquinasen no podrían incluir más de mil caracteres en su perfil, ni enviar más de cinco mensajes privados a través de la web, ni escribir más de diez mensajes en el foro. Muchos de nosotros usamos los perfiles para llevar la cuenta de los libros leídos y la crónica de nuestra actividad becera, así que esta acción causó mucho revuelo. Todo se solucionó satisfactoriamente, pero ya comenzamos a verle las orejas al lobo. Yo, por lo pronto, ya he alojado una copia de mi estantería en mi cutreweb, por si las moscas, y me consta que mucha otra gente ha hecho lo mismo.

En vista de la reacción de la gente ante la supresión de los perfiles largos, han comenzado con las sutilezas: se recibe un único mail diario de BookCrossing, en lugar de las notificaciones individuales de antes. Cuando se trata de entradas en los diarios, no creo que sea demasiado importante recibirlas inmediatamente, pero en el caso de los avisos de liberaciones creo que esta dilación sí marca la diferencia entre intentar cazar un libro o dejarlo escapar, porque no todo el mundo planifica las liberaciones con varios días de antelación. Para cualquiera que realmente disfrute intentando pillar un libro en la calle (que supongo que los habrá, yo sólo lo intento cuando el libro se deja en alguna zona por la que voy a pasar igualmente xD), esto es un inconveniente que podría hacer que se plantease pagar.

Lo siguiente fue aún más sutil, porque ni siquiera supone una molestia: ahora no puedes elegir ver las alas de toda la vida (blancas, que aleteaban alguna vez) en lugar del dibujín que cada usuario premium haya escogido para flanquear su nombre a menos que tú también pagues. Parece una estupidez (y lo es), pero cualquier foro gratuito te permite elegir entre los diferentes diseños que implemente el admistrador, así que dar a elegir entre ver alas blancas o dibujillos horteras no debe ser muy caro de modo que ¿por qué esa opción sólo está disponible para usuarios que suelten pelas?

Con cosas así, pequeñitas, creo que van recortando las utilidades para los clientes gratuitos y se encaminan o bien hacia la privatización total o bien a minimizar las utilidades de aquellos que no pensamos soltar un duro. Con treinta euros me compro cinco libros de Byblos, o cuatro tomos de manga, o me voy cuatro veces de tapas, o ceno en Zarabanda dos veces, ¡no es moco de pavo! Así que en tanto pueda registrar los libros y hacer las notas de liberación de forma totalmente gratuita, me da igual que me restrinjan todo lo demás, porque para eso está el foro español, el mail privado y las páginas personales y blog de los beceros, para suplir todo lo que nos quiten. Pero me sigue dando pena que una página supuestamente altruista se esté convirtiendo en tal negocio que incluso se quejen de las etiquetas personalizadas que se hacen los usuarios, porque eso resta clientele a la tienda (cuyas etiquetas suelen ser francamente horrendas, para mi gusto).

14.9.08

El test de Draize

No sé si lo habré contado por aquí (¡son tantos, ya, los blogs que he cerrado a lo largo de mi vida como internauta!), pero fue gracias a Strays que descubrí King of thorn, una serie que me gustó tanto que la compré en cuanto Glénat la publicó en España. Además de esta estupenda serie, los chicos de Strays son aficionados a las historias de Akihito Yoshitomi y, como terminé tomando afición al estilo de dibujo de este autor, sigo frencuentando esa web para cotillear los one-shot yuri de este mangaka que van traduciendo. Y así fue como, buscando yuri, encontré esto.

Forest bear es una historia muy, muy corta de una tal Shikawa Yuuki, sobre la cual no he encontrado información en la red, y si bien lo primero que me sorprendió es que sólo tuviera cuatro páginas y un dibujo horrible, terminó por sorprenderme por entero: versa sobre una familia de conejitos que se marcha de excursión a un bosque en el que se rumorea que hay osos. Y los osos dan mucho miedo... Pero nadie podría predecir por qué dan tanto miedo esos osos.

Lo cierto es que se trata de una historia bastante surrealista. ¿Que por qué me ha gustado tanto? Porque a pesar de que contiene cierta denuncia social (no conocía yo la existencia del test de Dreize), un planteamiento desconcertante, un dibujo que resulta original por lo sencillo y basto en comparación con otras obras y de su corta extensión, es divertido, y creo que es muy meritorio condensar todo eso en sólo cuatro páginas.

Habrá que buscar más cosas de esta autora, a ver si me sigue sorprendiendo de esta manera.

8.9.08

Pero el libro no es de Borges...

Indicaba en el post anterior que he leído muy poco durante el mes de septiembre y lo cierto es que dudo que lea mucho más: El bandido adolescente me estaba costando tanto trabajo que quise compaginarlo con Troya, de Gisbert Haefs, lo cual fue un error. No digo que la novela de Gisbert Haefs sea mala, que no lo es en absoluto, pero no es el suyo un estilo apto para autobuses atestados en horas en las que pesa la comida en el estómago (yendo al trabajo) o el cansancio de la jornada (a la vuelta), sin contar el sueño que suelo tener a esas horas... Dado que está inspirado en la epopeya homérica, el lenguaje empleado no es para nada coloquial, sino que es elaborado (sin ser manierista) y, aunque las partes narradas por Ulises me están fascinando, mi ignorancia sobre la situación en el mapa de los distintos países y el jaleo que me estoy montando con los nombres de las ciudades y sus gobernantes hace que no esté disfrutando demasiado con la lectura.

Sin embargo, antes de comenzar su propia novela, Haefs cita un fragmento del que no da más información que el nombre de su autor, Jorge Luis Borges, que es el que voy a fusilar vilmente. Lo copio entero, aunque la frase que verdaderamente me ha dado que pensar es "No podemos creer en el cielo, pero sí en el infierno", porque es cierto que de un tiempo a esta parte disfruto mucho más cuando al bueno lo matan y a la heroína la humillan.

Sin más preámbulos, ahí va la cosa:

"Cuatro son las historias. Una, la más antigua, es la de una fuerte ciudad que cercan y defienden hombres valientes. Los defensores saben que la ciudad será entregada al hierro y al fuego y que su batalla es inútil; el más famoso de los agresores, Aquiles, sabe que su destino es morir antes de la victoria [...].

Otra, que se vincula con la primera, es la de un regreso. El de Ulises que, al cabo de errar diez años por mares peligrosos y de demorarse en islas de encantamiento, Vuelve a su Itaca; el de las divinidades del Norte que, una vez destruida la tierra, la ven surgir del mar, verde y lúcida, y hallan perdidas en el césped las piezas de ajedrez con que antes jugaron.

La tercera historia es la de una busca. Podemos ver en ella una variación de la forma anterior. Jasón y el vellocino; los treinta pájaros del persa, que cruzan montañas y mares y ven la cara de su dios, el Simurgh, que es cada uno de ellos y todos. En el pasado toda empresa era venturosa. Alguien robaba, al fin, las prohibidas manzanas de oro; alguien, al fin, merecía la conquista del Grial. Ahora, la busca está condenada al fracaso. El capitán Ahab da con la ballena y la ballena lo deshace; los héroes de James o de Kafka sólo pueden esperar la derrota. Somos tan pobres de valor y de fe que ya el happy-ending no es otra cosa que un halago industrial. No podemos creer en el cielo, pero sí en el infierno.

La última historia es la del sacrificio de un dios. Attis, en Frigia, se mutila y se mata; Odín, sacrificado a Odín. Él mismo se mata a Sí Mismo, pende del árbol nueve noches enteras y es herido de lanza; Cristo es crucificado por los romanos.

Cuatro son las historias. Durante el tiempo que nos queda seguiremos narrándolas, transformadas."

Esto me recuerda a cierta discusión en cierto foro con una escritora de fanfiction, que aducía que según mi argumentación ya estaba todo escrito. Y este fragmento glosa bien ese argumento que la experiencia está confirmando: cuanto más leo, más trabajo me cuesta encontrar una obra que me sorprenda y con más facilidad identifico ideas que ya vi en otras obras.

Supongo que me hago vieja.

7.9.08

Acerca de la perfección

Ya sé que llevo mucho tiempo sin actualizar (tres semanas) y que copiar un texto ajeno es trampa, pero ya me explayaré a gusto cuando se me acabe el contrato el día 21 y los días vuelvan a tener horas suficientes para hacer todo lo que quiero/debo hacer.

Entre esas cosas que quiero hacer se encuentra la lectura: este mes apenas he abierto un libro, justamente porque ese libro es El bandido adolescente, de Ramón J. Sender y me ha costado Dios y ayuda el terminarlo. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y de ahí saco esta frase:

"La perfección suele ser un fin, siempre, y por eso hay en ella algo definitivamente muerto."

Se trata de una frase incluida en la nota al pie de la página 169 del ejemplar que me dio mi abuela, uno de esos libros de la colección Biblioteca Básica Salvat RTV con las páginas amarillas y quebradizas y un fuerte olor a polvo... Y esto es lo único que pienso contar sobre el libro, porque su contenido no me ha entusiasmado en absoluto.

17.8.08

Una pena, lo de la edición...

No suelo estar al tanto de las novedades editoriales, sino que suelo ir a las tiendas y mirar. En Nostromo, la tienda donde compro el manga, sí tengo localizados los lanzamientos de manga de cada semana, porque los colocan siempre en la misma estantería, pero en el resto de librerías me limito a mirar y a llevarme la edición de bolsillo que me llame la atención en ese momento. Por tanto, lo mío como Mouse Guard: otoño 1152 fue amor a primera vista: no sabía ni de qué iba, ni quién era el autor, ni cuánto me iba a costar la broma, ¡nada!, pero esos tres ratoncitos asomando por entre el follaje, tan lindos pero tan aguerridos a la vez, me robaron el corazón al verlos allí expuestos en su correspondiente estante. Sumémosle a eso que me gusta mucho todo lo que esté ambientado en el medioevo y ya tenemos a la Carbo rumiando todo el día "Joder, es que son veinte euros, ¡pero lo quiero! Más adelante, más adelante, que son veinte euros, ¡pero lo quiero!". Sucedió lo que tenía que suceder y cuando fui a comprarlo, ya no quedaban ejemplares, de modo que tuve que encargarlo y armarme de paciencia.



Lo cierto es que encargué el tomo y seguí acumulando las ganas de leerlo sin buscar información al respecto, así que nada sé de los premios que ha acumulado esta obra ni de la vida y milagros de su autor. Tan sólo sé que ayer recogí el cómic de la tienda y, tras leerlo, tres son las conclusiones: la primera, que me ha gustado mucho y ha sido dinero bien invertido, es un tomo precioso y entretenido; la segunda, que yo esperaba un reflejo de la sociedad medieval y sin embargo no se trata de una obra histórica en absoluto, lo único que hay aquí de la Edad Media son los atuendos, los artesanos y los escenarios; la tercera, que es una pena lo que Norma ha hecho con los diálogos y la tipografía.

Como decía, yo esperaba realmente una adaptación de algún hecho significativo acontecido en otoño de 1152 en algún país europeo. Como no tengo ni idea de Historia (soy de ciencias puras y lo que estudié sobre esta materia en la EGB y en el instituto ya me queda muy lejos), no sabía muy bien qué hechos serían esos, pero Mouse Guard parte de una supuesta guerra contra las comadrejas que ha dejado el país de los ratones en un estado de inseguridad y no conseguí encontrar ninguna analogía con la historia real. Sin embargo, a pesar de que al principio me desilusionó un poco, mi desdicha duró poco: tras la guerra, los caminos son inseguros y los guardianes (los componentes de la Guardia Ratón que da título a la obra) son los encargados de garantizar que las caravanas, con sus mercancías y viajeros, lleven sus viajes a buen término, así como vigilar a los predadores y salvaguardar las fronteras. La organización es un matriarcado, y es la matriarca Gwendolyn quien envía a los tres protagonistas a la búsqueda de un mercader de grano desaparecido. A raíz de esta búsqueda se desentrañará un complot que conspira contra el matriarcado y que pretende levantar al pueblo en armas en virtud de una vieja leyenda: la de un guardián conocido como el Hacha Negra.

No cuento aquí nada que no destripe Norma en la sinopsis que ha colgado del tomo en su web, así que no os asustéis...

Como decía, nada de Historia en el tomo, pero las ilustraciones me dejaron tan epatada que la trama era lo de menos. Una trama entretenida, dinámica, con algún giro un tanto extraño en alguna ocasión (por ejemplo, el desempeño de Liaem en el ejército rebelde, que no me quedó claro por qué se descubre de esa manera, o por qué se perdona la vida de los otros dos y cómo llegan a casa del ermitaño), pero desarrollada mediante unas imágenes increíbles. Se trata de una obra muy hermosa, no sólo por el grado de detalle en los paisajes, en las ciudades, en el interior de las casas, ni por la expresividad de los ratoncitos, sino por esas páginas en las que se narra la leyenda del Hacha Negra como si se leyera de un códice antiguo o las ilustraciones finales: hay una en la que Sadie (una guardiana) está avivando el fuego de una chimenea y el estudio de luces es increíble. Todo el tomo es un regalo para los ojos y sólo por eso ya merece la pena pagar los veinte euros.

La historia está dividida en cinco capítulos. Cada uno de ellos está encabezado por un texto sobre los guardianes y algún párrafo significativo sobre alguna obra relacionada con esta organización y su ética, lo cual siempre da entidad a la ficción que se está leyendo y por tanto es un detalle que a mí me gusta mucho. Para más inri, y aquí sí se ve Edad Media, hay un apéndice que narra cómo es la sociedad de los ratones y se describen los diferentes oficios de los habitantes de las ciudades: hay preciosas escenas de alfareros, molineros, panaderos, carpinteros y los diversos aperos que utilizan. Sin embargo, no sólo ética y antropología (¿ratonpología?) vive el hombre y a mí siempre me han gustado las escenas de lucha con espadas, así que éstas tampoco faltan en el desarrollo de la acción. Se trata de una historia bastante movidita.

¿La pega? Que Norma no debe haberle pagado a sus correctores, porque he encontrado tiempos compuestos en los que le falta la hache al verbo haber, Sadie es a veces macho (durante el segundo capítulo) y a veces hembra (al final, cuando Gwendolyn cuenta cuál va a ser el destino de sus guardianes), las vasijas adornadas están "gravadas" (será que, lógicamente, con el adorno cuestan más caras o pagan impuestos como artículos de lujo), algunos signos de interrogación están puestos al azar y algunas palabras se interrumpen de una forma totalmente anómala ("cor-red", he llegado a ver). Todo esto estropea el magnífico escenario en que se desarrollan estos diálogos tan pésimamente escritos, sin contar que la fuente escogida es muy sosa y a veces parece excesivamente grande para los bocadillos. Comprendo que los bocadillos son muy pequeñitos, pero la letra a veces se solapa con el borde de estos y parece metida con calzador. Para más inri, las comas se parecen sospechosamente a los puntos y, claro, si unimos una puntuación complicada a una ortografía horrenda, el resultado no es muy alentador.

En conclusión, es una pena lo que Norma ha hecho con este cómic, porque he disfrutado muchísimo hojeándolo pero me han estropeado la lectura. Aún así, quiero saber cómo pasarán el invierno los ratoncitos y probablemente vuelva a gastarme veinte euros en un tomo similar...

¿El siguiente dispendio de este estilo? Estoy esperando a que me traigan Midnight Nation, aunque esta vez se trata de una obra que leí hace mucho tiempo, en otro formato, y sólo quiero tener mi propio ejemplar para poder releerlo y ver si me sigue gustando tanto como la primera vez.

10.8.08

Leído por compromiso (III): Sexualmente

Introducción: por qué leí este libro
Confieso que esto, más que un compromiso, fue una coincidencia: vuelvo a trabajar para Orange, de nuevo en Atención al Canal (menos mal, no podría soportar trabajar de nuevo en Atención al Cliente, porque cuando alguien habla veintidós horas y reclama que su factura es muy alta el no poder contestar "Pues no haber hablado tanto, subnormal" genera bastante estrés) y he vuelto a coincidir con compañeras que ya más que compañeras son amigas. Tenemos muy buen trato y muy buen rollo y a pesar de lo rutinario del trabajo, los ordenadores lentos, las claves que caducan, los programas que no podemos usar porque o bien no hay claves o bien van demasiado lentos, etc, estos diez días que llevo siendo de nuevo alguien productivo para la sociedad han sido una delicia gracias al buen ambiente. Me lo paso bien en el trabajo y encima me pagan, lo cual es un gustazo.

Entre estas compañeras se encuentra una chica que no tiene pudor en contar sus experiencias sexuales mientras almorzamos. Yo no suelo tener mucho que contar al respecto, pero nunca me ha dado pudor o vergüenza hablar del tema; sin embargo, considero que si a los tres meses de relación ya vas sacando por ahí las esposas y las abrazaderas para los pezones, a los tres años tendrás que echar mano de las cuchillas de afeitar, los arneses y las cadenas para que no se enfríe la relación... No obstante, con esta amiga y sus historias nos hartamos de reír y por tanto no nos extraña que lleve en el bolso obras como Fanny Hill (que no terminé de leer, la verdad), Filosofía del tocador (con la cual me siento estafada, porque me habían dicho que era muy fuerte y por tanto creo que mi edición estaba censurada) o cualquier otra joya de la literatura erótica. Le gusta el género, a la chica (y, por lo que cuenta, no se corta en llevar a la práctica cualquier idea que pueda encontrar en esas novelas y que le llame la atención... Tiene más peligro que una caja de bombas).

Bien, hace un par de días me fui un par de horas antes al trabajo para almorzar con mis compañeras de turno partido y esta muchacha comentó que ya le habían devuelto el libro de Nuria Roca, que había estado circulando por toda la plataforma, de mano en mano. Yo ni siquiera sabía que Nuria Roca hubiera escrito un libro y, como siempre he visto a esta chica tan modosita y tan mona, no me esperaba que versase sobre sexo. Entonces mi compañera me dijo que, puesto que del trabajo se iba directamente a Santa Justa a coger el AVE (se iba de vacaciones) y toda la plataforma ha leído el libro excepto yo, que me lo quedase y se lo devolviera a su regreso, para que así ella no tuviese que pasearlo por España.

Yo he leído poca literatura erótica: empecé y abandoné Fanny Hill, porque el ejemplar que pasó por mi casa era de BookCrossing y estaba destinado a otra usuaria, de modo que tuve que pasarlo y no me dio tiempo a mediarlo siquiera; como ya indiqué, estoy convencida de que el ejemplar de Filosofía del tocador, del Marqués de Sade, que compré era una versión reducia o censurada, porque no me escandalizó en absoluto y ni siquiera le supe encontrar la vertiente pornográfica; y cuando leí la trilogía de La Bella Durmiente yo era demasiado inocente e inexperta como para encontrarle el chiste a lo que leía. Es más, tantos años después sigo siendo demasiado inocente e inexperta, porque sigo pensando que eso no era literatura erótica, sino pornografía pura debido a la crudeza con que se describe el acto sexual, sin contar que hay que él debe tenerla de un tamaño considerable y ambos deben ser muy, muy, muy flexibles para que lo ahí se cuenta sea factible. Sea como sea, no he cultivado demasiado este tipo de lecturas, así que no sabía qué iba a encontrar en este libro.

Sexualmente, de Nuria Roca
En primer lugar, decir que ni siquiera sabía que Nuria Roca tuviera un consulturio "sexymental" en el programa de radio de Pablo Motos. Como apenas veo la tele, ni escucho la radio, nunca me entero de las novedades editoriales, ni musicales, ni de las noticias, ni de nada, así que recordaba a Nuria Roca como una muchacha muy guapa que parecía muy dulce y que hacía años presentaba el Waku-waku y no sabía qué esperar de Sexualmente: si bien en la contraportada ponía que "si lo lees vas a entretenerte, soprenderte, divertirte y excitarte", mis compañeras lo resumen como "Es la tía contando cómo se folla todo lo que se le pone por delante". De modo que comencé la lectura sin tener mucha idea de por qué esta mujer publicaba este tipo de libro ni qué tipo de libro era exactamente.

El libro es rosa fucsia, delgadísimo (ciento ochenta y una páginas), con una letra enorme y sólo cincuenta y tres capítulos de apenas tres o cuatro páginas de extensión. Sólo su presentación ya anunciaba que estaba ante una frivolidad cualquiera para echar el rato y apenas comencé la lectura supe que era algo para leer y olvidar, a menos que cuando vuelva la dueña del libro queramos comentar algunas cosas para reírnos un rato. No es una novela, desde luego, y por más que la autora diga "Todo lo que cuento en este libro es completamente cierto, aunque no haya pasado", me da que incluye alguna que otra exageración. Aunque hoy en día se lleve mucho el estar liberado sexualmente y a los pobres que manifestamos poca actividad en ese campo se nos mire por encima del hombro, no creo que nadie admitiese alegremente en público que se follaba a su masajista sólo para que le diera cita cuando a ella le conviniese. O quizá yo esté anticuada y por eso no creo que alguien que en estos momentos pueda mantener una relación estable (o esté casada, que ya digo que no sé cómo estará Nuria Roca) cuente con tranquilidad que el escribir este libro le brindó la opción de tirarse a su editor. Pero supongo que lo mejor es empezar desde el principio:

Si algo hay que reconocerle a la autora es que admite dos cosas: una, que todo es lícito en el sexo siempre y cuando la persona que lo practique contigo consienta (es buenísimo el capítulo en que ella alaba el gusto de aquél que le dé a la dendrofilia, pero indica que no es lo que ella elegiría) y que por tanto "las guarrerías" no son tales cuando se disfrutan. Todo lo que cuenta es un alegato en pro del goce del propio cuerpo y sus posibilidades y deplora la mojigatería. En segundo lugar, también admite que ella no es nadie como para escribir un libro "serio", que no es sexóloga y que, dado que cada uno cuenta la feria según le va, ella no es quién para dar consejos a nadie. La frase "Espasa me propuso escribir un libro de sexo, aprovechando el éxito del Consultorio Sexymental que hacía en el programa matinal de Pablo Motos en M80, y expolotando que soy un personaje público, que ahora según parece es el principal reclamo para vender libros" me pareció de una sinceridad admirable. Por tanto, el libro está escrito desde dos supuestos, que cada uno cuenta la feria según le va y que ella es comunicadora, pero no escritora, y sabiendo esto es fácil imaginar lo que nos vamos a encontrar.

Como ya dije, Nuria Roca cuenta en cada capítulo alguna experiencia sexual: que si un trío fallido, que si intercambio de parejas, que si una experiencia lésbica, que si la primera vez, que si la infidelidad... Sobre el tema de la infidelidad vuelve varias veces, para insistir en que el sexo es algo físico que nada tiene que ver con el amor. También hace algún inciso para hablar de la monotonía que se instaura en la convivencia, de que a veces los medios son peores que la Inquisición a la hora de juzgar la vida y hábitos de los famosos, o de cómo la sexualidad varía según la edad. Pero, básicamente, toda la obra se puede resumir en lo que ya he dicho, que son batallitas que (en teoría) ha librado la autora.

Insisto en que es un libro de usar y tirar. Puede que a veces emplee esta misma expresión para libros de fantasía épica sin ninguna profundidad y que no me han dejado ninguna impresión duradera, pero éste en concreto es aún más fatuo y prescindible. Se agradece la carencia de pretensiones literarias y quizá moleste un poco que la autora hable de las mujeres cuyo físico envidia o de sus supuestos defectos, porque a la vista está que a la chica no le sobra ni un gramo y que es guapa, de modo que ese tipo de comentarios chirría un poco, pero dudo que dentro de un mes recuerde haber leído esto.

Sacado de El catalejo lacado

No tengo demasiadas ganas de meterme a analizar en profundidad la trilogía de la Materia Oscura, de Philip Pullman: él mismo reconoce que su trabajo bebe de sus lecturas y hay ideas en su obra que no son nuevas en absoluto, pero a cambio introduce tantos conceptos originales que la mera idea de la obra ya es maravillosa. Sin embargo, para mi gusto, le falla el ritmo narrativo, porque se ha tratado de una lectura que me ha emocionado en muy contadas ocasiones a pesar de la gran cantidad de acción que contiene. Yo soy así de rara y sólo me gusta lo que leo cuando puedo conectar de alguna manera con la historia y los personajes. Con la Materia Oscura he sido una espectadora ajena a los acontecimientos y eso supone demasiada frialdad como para sumarme a la legión de adoradores de esta obra.

No obstante, me quedo con un párrafo que describe bien lo ajenos que siento a veces determinados aspectos de mi propia vida:

"El amor era como China: sabías que existía, y debía de ser muy interesante, y algunas personas iban allí, pero yo no iría. No iría jamás en la vida a China, pero no importaba, porque podía visitar el resto del mundo."

4.8.08

Leídos por compromiso (II): Algo tan parecido al amor

Esta opinión tiene mucho de personal y subjetivo, así que intentaré separar mis histerias de la experiencia de la lectura para que nadie tenga que sufrir los culebrones que suelo montarme sola... Así que si alguien lee esto, que se sienta libre de saltarse los apartados que crea convenientes:

Cómo me llegó el libro
Tengo mucho que agradecerle a Montserrat, la chica de Clickart, porque siempre que alguna editorial le encarga una web promocional nos envía algún ejemplar del libro en cuestión para que lo hagamos circular. No se me escapa que esto implica publicidad gratuita, pero la muchacha es encantadora y muy atenta y por tanto esa labor de difusión se hace con mucho más gusto.

Ahora mismo no recuerdo cuál fue el motivo de que me enviara dos novelas de Ediciones Destino, si se trataba de una nueva línea editorial o si ambas novelas habían recibido algún tipo de premio, pero me comprometí a hacerlas circular y a comentarlas en foros y blogs y ya es el momento de cumplir lo pactado. Puesto que La muerte lenta de Luciana B. me pareció un pestiño, me ceñiré tan sólo a Algo tan parecido al amor, que me encantó.

Cada novela tiene su momento: mis circunstancias durante la lectura
Este apartado puede obviarse (iba a escribir que es obviable, pero la palabra obviable, según la RAE, no existe), porque imagino que a nadie le interesa leer mi diario y lo que voy a desglosar aquí es bastante personal... Pero también es el motivo por el que me gustó esta obra: si mis circunstancias hubieran sido diferentes, probablemente no hubiera soportado ni media página.

Cuando la novela llegó a mi casa, yo estaba enamorada y había cometido el error de creer que era correspondida. Puede parecer una tontería, pero en ese momento de mi vida yo estaba tan llena de incertidumbre por un lado (¿de veras era correspondida o tan sólo quería creer que lo era? Al final, sólo lo segundo, pero eso es otra historia) y tan feliz por otro (¡uaaaaa, estaba enamorada y el mundo estaba lleno de flores, mariposas y lazos!) que no podía ser más receptiva a este tipo de libro.

Para más inri, y para hacer hincapié en el tema de la incertidumbre, acababa de leer varios libros de ciencia-ficción (Una canción para Lya y Muero por dentro) que se sumaban a la larga lista de obras que tratan sobre las capacidades psíquicas y profundizan sobre el terrible aislamiento del ser humano. Ya lo dijo Carmen Martín Gaite, "El hombre es una multitud solitaria de gente, que busca la presencia física de los demás para imaginarse que todos estamos juntos", en tanto que en Una canción para Lya se riza el rizo de la telepatía para afirmar que el pensamiento tiene capas y capas y jamás la comunión entre dos personas alcanzará la más profunda de ellas, de modo que siempre habrá un rincón en el que seguiremos estando absolutamente solos y nadie podrá conocernos por completo... Es una perspectiva más bien desoladora, pero que yo encuentro cierta y coherente. Las almas no se funden, aunque ésa sea una bonita manera de describir el amor y la compenetración en la pareja y nunca se llega a conocer del todo a una persona.

¿Dónde quiero llegar con todo esto? Que Algo tan parecido al amor investiga cómo experimenta el amor cada persona, lo representa no sólo como una experiencia única para cada individuo, sino nueva cada vez, y en ese momento yo tenía el cacao mental preciso para recibir con naturalidad y agrado semejante imagen.

Ahora sí: Algo tan parecido al amor, de Carmen Amoraga
Esta novela, que fue finalista del Premio Nadal en el año 2007, cuenta la historia de tres amigas: la primera de ellas acaba de romper su relación con un hombre casado que para más inri era su jefe; la segunda rompió el corazón de un hombre y años más tarde se ha enamorado de él y ha iniciado una relación tormentosa, ya que él la sigue amando pero se ha casado con la mujer que le ayudó a rehacer su vida tras la ruptura; y la tercera es un ama de casa corriente y moliente que lidia con sus niños, una peluquería, su casa y su marido. Es curioso que al ama de casa la pinte más gordita, más del montón, en tanto que las adúlteras sean mega-fashion.

Estos tres personajes sirven de eje para explorar cuántas formas de amor hay y cómo cada persona enfoca una relación desde su propia percepción de este sentimiento. Un compañero becero (ains, Lukin, tengo que escribirte un mail o algo, que hace siglos que no sé de ti) afirmó que a él le parecía una visión femenina, contada desde el sufrimiento y la entrega, pero yo no lo vi así: de hecho, el personaje más sufriente de esta obra es un hombre, que puteado y pisoteado por una mujer se sumió en la degradación al perderla y acudió cual perrito faldero al llamado de ella a pesar de haber conseguido rehacer su vida. Quizá ésta sea la más tormentosa de todas las relaciones descritas, la que más sufrimiento causa a todos los implicados, porque el adúltero no sólo sufre por no poder revivir libremente el amor que perdió y que ahora sí es correspondido, sino porque también lastima a una inocente, a la mujer que lo ayudó a salir del bache y que me resultó un personaje muy dulce y muy digno.

Lo bueno de esta novela es que, tal y como se promete en la portada, explora todas las modalidades del amor. Por ejemplo, el jefe de una de las protagonistas (lo siento, no me acuerdo del nombre de ninguno de los personajes) se acuesta con cualquiera, pero ama a su mujer porque el entendimiento con ella es perfecto. Ambos respetan sus inteligencias y se valoran, de modo que él es infiel y ella consiente la infidelidad porque su relación se basa más en los intereses mutuos y en los objetivos comunes. Más aún, cuando la amante despechada le reprocha que ella sabe bien cuándo está triste, cuándo alegre y cuándo inquieto sólo por la inclinación de sus hombros o la tensión en los músculos de su rostro, el jefe le responde que qué tipo de amor es ése y cómo se atreve a afirmar que lo conoce mejor que nadie, si no sabe a qué se debe esa tristeza, esa alegría o esa inquietud. Este pasaje en concreto me pareció muy significativo, porque me hizo volver sobre todas aquellas lecturas que ahondan en la capacidad de empatizar con los demás y en la incomunicación que todos sufrimos desde que no hay más puente que las palabras para unirnos. Nadie puede leer el pensamiento de otro y, por tanto, eso que le reprocha el jefe a la amante es achacable a todos. Nunca jamás llegamos a conocer del todo a quien tenemos más cerca.

A pesar de que la primera de las mujeres haga gala del amor entregado, sumiso, y su jefe represente al típico cabrón incapaz de amar (es su afecto por su esposa algo frío, racional, calculado), quizá la faceta más autodestructiva esté representada por la segunda pareja. Aquí también se manifiestan diversos aspectos de las relaciones de hoy en día, ya que estos personajes son estereotipos muy marcados: ella estaba loca por un gamberro cualquiera, por un chulo ligón que la dejó, en tanto que él era el devoto, el que estaba allí a su disposición para ser pisado a pesar de ser el chico que toda madre sueña para su hija. Tan malo es estar con quien no se quiere con tal de no estar sola como aguantar lo inaguantable en nombre de un amor no correspondido (ese tipo de heroicidades quedan muy bien en las novelas rosas para adolescentes, pero en la vida real suponen una carga insoportable) y éste es el papel que desempeñan ambos personajes al principio. El siguiente giro argumental quizá sea previsible, dado que ella descubre que lo ama mucho después de haberle roto el corazón, con lo cual se nos introduce en otro topicazo: los amantes que sienten verdadera devoción el uno por el otro, el verdadero amor enturbiado por la presencia de la esposa legítima. Salvo que esta vez la esposa es dulce y entregada y no se nos ahorra que la amante puede sentir tantos celos y tanta angustia por el hombre que se marcha al hogar como si ella fuera la legítima.

Las adúlteras desgranan sus desgracias ante su amiga casada y ésta parece ser la voz de la razón entre tanta vorágine sentimental: quizá la suya sea la historia de amor más dulce, aunque sólo sea porque es la más calmada, la más normal. Incluso la ruptura de su matrimonio es la menos traumática, pero sirve para explorar esas relaciones "de toda la vida", el amor que no es ni una gran pasión, ni una vía de escape, sino algo basado en la convivencia y en los pequeños detalles. Me resultó curioso (y me disgustó mucho), que Amoraga finalice la obra haciendo felice a las "destrozahogares" en tanto destroza el hogar estable, pero el dilema del feliz padre de familia sumido en la rutina que tiene que asimilar que se ha fijado en otra y que eso tiene que ser síntoma de que no era tan feliz se narra de una forma tan dulce que, como ya dije, el proceso de separación no es para nada traumático.

En conclusión: cada uno cuenta la feria según le va y, de manera similar, cada uno siente de la forma en que sus propias inclinaciones le permiten, cosa que queda perfectamente expuesta en este libro. Yo lo disfruté horrores, incluso me arrancó alguna lagrimilla pero... Bueno, yo estaba sensible :P Me pareció una obra realista, que abarca buena parte de las situaciones que uno puede encontrar, algo muy humano y bien narrado.

Insisto, sin embargo, que cuando lo leí no podía ser parcial, así que cada uno juzgue por su cuenta: el libro está disponible en mi estantería becera para aquél que quiera darle una oportunidad.

3.8.08

Leídos por compromiso (I): El eterno regreso a casa

Supongo que la palabra "compromiso" he de emplearla aquí con algún matiz, dado que yo misma elegí el título: una amiga me preguntó si quería colaborar en Sedice, una web donde ella escribe reseñas sobre libros, y cuando acepté y me admitieron éste era el título disponible que más me llamó la atención. No es que yo sea una incondicional de la autora, Ursula K. Le Guin, pero leí con fascinación cuatro de los libros de Terramar hace varios años, he encontrado muchos relatos suyos en diferentes recopilaciones de ciencia ficción y fantasía y disfruté muchísimo con Cuatro caminos hacia el perdón, así que estaba interesada en seguir leyendo su obra y por tanto elegí El eterno regreso a casa sin que me arredrasen sus setecientas sesenta y siete páginas ni el que fuera un tratado de antropología inventada. Más miedo me da escribir una reseña objetiva en un sitio serio, estando como estoy habituada a contar mis experiencias personales y mis impresiones y no a emitir juicios serios y razonados (es más, en esa página parece que la gente sabe de lo que habla y yo soy lega en la materia literaria a pesar de haber leído cuanta fantasía y ciencia ficción han caído en mis manos).

Como decía, me enviaron un ejemplar promocional de esta obra para que la leyera y comentara. Cuando solicité hacerme cargo de reseñarla, no estaba preparada para lo que iba a recibir, ¡es un volumen hermosísimo! Es inmenso, nada cómodo para leer en la cama, en el autobús o en la playa, porque es tan voluminoso que las muñecas (si lo coges en peso) o el esternón (si te lo apoyas en el pecho) sufren las consecuencias de la ausencia de una mesa u otra superficie en que depositarlo durante la lectura, pero a cambio es impresionante: tapa dura con sobrecubierta, la parte interior de la tapa ilustrada, gran profusión de mapas, croquis, dibujos e ilustraciones en el interior... Además, el tamaño de la letra es adecuado, casi diría que grande, de modo que las páginas no se ven abarrotadas de texto y por tanto la lectura no se hace cuesta arriba (a veces, la letra pequeña me hace pensar que tengo demasiado aún por leer y consigue que la obra se me haga más larga; es subjetivo, pero es algo que me ocurre en ocasiones). Sólo eché de menos un punto de lectura de tela. No sólo porque ese tipo de edición suele incluirlo y casi lo pide a gritos para redondear una presentación perfecta, sino porque las notas de traducción u observaciones de la autora no están a pie de página, sino al final del capítulo, y el glosario se encuentra al final, de modo que resulta incómodo ir pasando páginas para buscar las aclaraciones y no estaría de más poderlas señalar con el punto para evitar interrupciones.

Por tanto, la primera impresión fue muy favorable. Es literalmente un libro muy bonito, si nos atenemos a lo físico, de modo que afronté la lectura con placer. Además, tras una breve introducción en que la autora anuncia que reserva la parte árida para el final, por si alguien quiere obviarla, y un par de páginas en las que la antropóloga protagonista nos habla de la arqueología y de la búsqueda de los kesh (la civilización sobre la que versa la obra), El eterno regreso a casa comienza con la primera parte del relato de Piedra Parlante y te atrapa por completo. Se trata de la historia de Piedra Parlante, una mujer kesh que tuvo contacto con otras culturas, y en esta primera parte habla con naturalidad de las wakwa, de bailar el Vino, de seguir el camino del Puma, con lo cual nos va introduciendo en los usos y costumbres de su pueblo de forma fluida y sencilla. La pega es la que ya dije, que las notas correspondientes están al final del capítulo y hay que andar avanzando y retrocediendo por el tomo, lo cual ralentiza la lectura y supone una severa interrupción, de ahí que echase de menos la presencia de un marcapáginas o de un punto de tela. No obstante, esta primera parte ya nos revela un pueblo espiritual, que basa su religión en la espiral y que por sus referencias al Oso, al Puma, al Coyote, al uso de arco y flechas, puede recordar a los indios americanos (de hecho, la civilización kesh que se describe en esta obra se sitúa en el Valle de California) y plantea suficientes interrogantes como para desear continuar con la lectura.

Sin embargo, aquí comienza la disyuntiva... A nadie se le oculta que Le Guin es una gran creadora de sociedades y mundos y en esta obra se ha permitido explayarse a gusto, salvo que El eterno regreso a casa no es una novela y la autora se ha dedicado única y exclusivamente a recrear la cultura kesh. No puedo negar que lo ha hecho perfectamente: ya dije que los kesh me recuerdan a los indios americanos y la autora ha empleado el tono narrativo adecuado para manifestar cierta mezcla de ingenuidad y misticismo, serenidad y armonía con la naturaleza, una concepción de estar fuera del tiempo y de pertenecer a un todo. Al dominio de la prosa se une el que no haya descuidado ni un solo detalle. Aunque a mí me ha costado situar esta civilización en la Historia (usan arcos y flechas, pero conocen los rifles y el tren; hay tierras contaminadas y ciudades sumergidas, lo cual hace pensar en una cultura post-hecatombe nuclear, pero a su vez la antropóloga habla con individuos de esta raza y señala sus diferencias con la filosofía imperante en la cultura actual), no puedo negar que Le Guin no ha dejado ningún detalle al azar y nos describe todos los aspectos posibles, desde las canciones que acompañan los ritos funerarios hasta el trato que recibía el ganado, pasando por las leyendas sobre la concepción del mundo, el calendario de festividades, la división de la sociedad en casas y el papel que desempeña cada una, los juegos infantiles, los instrumentos musicales, ¡todo! En ese aspecto, no deja nada al azar, ningún aspecto sin comentar, y el libro me ha parecido perfecto, completo, redondo, digno de admiración. Le Guin ha creado una civilización y en efecto lo ha hecho, la ha definido por completo.

Sin embargo, no se trata de una novela y por tanto no es una obra para leerla de corrido. Se trata de una recopilación de cuentos, canciones y mitos, salpicada de explicaciones sobre el tipo de tierra y la agricultura de subsistencia o sobre la organización social. El relato de Piedra Parlante que comentaba al principio sirve para ilustrar la existencia de otras culturas que difieren mucho de la de los kesh y es el más extenso de todos los que se pueden encontrar en este volumen, que incluye incluso las obras de teatro que representaban en determinadas ocasiones.

Como puede verse, si no he escrito todavía la reseña es porque estoy dividida entre la admiración y el aburrimiento: admiración porque realmente me parece una obra redonda, perfecta; aburrimiento porque no es en absoluto una novela, sino el retrato detallado y meticuloso de una cultura inexistente. Yo siempre he renegado del Silmarillion porque afirmo que no tiene sentido leer una Historia Universal inventada así que ¿qué sentido puede tener leer un tratado de antropología inventado? Ninguna de las dos cosas enseña nada útil y sí se hace pesado, pero no me puedo sustraer al encanto de esas ofrendas a las casas en forma de poema, de relato breve de un hecho importante de la vida del donante... Estas cosas retratan la vida de ese pueblo en su día a día, pero a su vez son demasiado cortas y por tanto se trata de una lectura fragmentaria: hasta que no se ha terminado de leer todo, no se tiene una visión completa y eso hizo que la obra se me hiciese bastante cuesta arriba. Como he dicho, no es una novela, no tiene una unidad narrativa.

En conclusión, si un libro puede ser perfecto y horrible a la vez, éste lo es. Con semejante opinión, ¿cómo me pongo a escribir una reseña en condiciones?

22.7.08

Vos también tenés tu corazoncito

Voy a copiaros algo extraído de El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, una obra que tiene los puntos suspensivos y los silencios más expresivos de todo lo que he leído. Hace siglos que leí esta novela y me hice con un ejemplar a través de BookCrossing que catalogué como Permanent Collection, pero ya encontré una edición muy asequible para comprar mi propio ejemplar y por tanto ese libro BC está dispuesto para viajar. Hoy, al cogerlo para anunciar que lo libero, en las página 35 y 36 de esta edición del Círculo de Lectores correspondiente a la colección Maestros de la Narrativa Hispánica, vuelvo a leer lo siguiente:

-¿Te gustó?
-Sí...
-¿Mucho o poco?
-Me da lástima que se terminó.
-Pasamos un buen rato, ¿no es cierto?
-Sí, claro.
-Me alegro.
-Yo estoy loco.
-¿Qué te pasa?
-Me da lástima que se terminó.
-Y bueno, te cuento otra.
-No, no es eso. Te vas a reír de lo que te voy a decir.
-Dale.
-Que me da lástima porque me encariñé con los personajes y ahora se terminó, y es como si estuvieran muertos.
-Al final, Valentín, vos también tenés tu corazoncito.
-Por algún lado tiene que salir... la debilidad, quiero decir.
-No es debilidad, che.
-Es curioso que uno no puede estar sin encariñarse con algo... Es... como si la mente segregara sentimiento, sin parar...
-¿Vos creés?
-...lo mismo que el estómago segrega jugo para digerir.
-¿Te parece?
-Sí, como una canilla mal cerrada. Y esas gotas van cayendo sobre cualquier cosa, no se las puede atajar.
-¿Por qué?
-Qué sé yo... Porque están rebalsando ya el vaso que las contiene.

Me encantó este pasaje cuando lo leí por primera vez y me sigue encantando ahora, no sólo porque yo también siento alejarme de los personajes con los que he empatizado durante una lectura.

(Bueno, el libro es de BookCrossing, así que si alguien está interesado, se lo puedo mandar por correo ordinario para que de ese modo continúe su viaje)

26.6.08

Leídos por compromiso: introducción

Por norma general, cuando me siento ante el teclado tengo una idea muy clara de lo que quiero contar. Sin embargo, según voy escribiendo las palabras se las ingenian para seguir caminos que no tenía previstos y, claro, por desconocerlos termino perdida y dando vueltas alrededor de la idea original, sin retomarla y divagando (que es gerundio). Debido a esto, cuando me planteé escribir todos esos comentarios que me comprometí a publicar hace tanto tiempo y que todavía no había empezado siquiera a "redactar mentalmente" (juas, igual os suena raro, pero yo escribo mucho... en mi cerebro, luego no llevo nada al papel, pero las noches que no puedo dormir imagino cómo contaría tal o cual cosa) y supe que antes de abordar el primer título ya me iba a ir por las ramas, pensé que sería mejor hacer una pequeña introducción y explicar cuál es mi postura ante todo esto.

Empecemos por el principio: ¿qué es esto de "Libros por compromiso"? Puesto que ya no soy un miembro activo en el foro de BookCrossing y por tanto no me apunto a bookring y tengo tantos libros por leer que no acepto ningún ofrecimiento de préstamo, lo que leo por compromiso son los libros cedidos por las editoriales o por los propios autores. Cualquiera podría decirme que soy poco menos que subnormal por leer aquello que me pasan aunque no tenga ganas, en lugar de limitarme a pegarle una etiqueta y mandarlo a tomar por culo la calle. Es cierto que a las editoriales les da igual lo mucho o poco que yo pueda apreciar los títulos que me mandan, porque suelen libros de best seller (Paulo Coelho en edición de bolsillo, la nueva novela de Federico Mocchia) o nuevas líneas editoriales que van a promocionarse igualmente, con o sin la participación de los beceros; tampoco niego que el propio autor, cuando nos regala los libros por su propia iniciativa, sólo busca darle difusión a su obra y probar suerte con el boca a boca, pero tengo el ego tan grande que cuando se dirigen a mí concretamente me siento responsable del libro y me tomo como algo mucho más personal el que realmente la obra consiga nuevos lectores y haga muchos kilómetros.

Aún así, hay excepciones: cuando Espido Freire nos contó que iba a liberar cincuenta ejemplares de la segunda parte de su libro Mileuristas y que había convocado a la prensa se hizo bien patente que no se trataba de compartir su obra, o de darla a conocer entre los lectores sin invertir en publicidad, sino que era un acto publicitario descarado. Ya digo que no se me oculta que nadie da duros a cuatro pesetas (qué rara suena esta expresión en la era del euro) y que quien regala libros lo hace para promocionar su obra y darse a conocer, pero siempre resulta más entrañable cuando quien se sube al carro es alguien que pasa un poco más desapercibido y no avisa a la prensa. Eso sí, tengo que reconocerle a la señora Freire que es muy agradable, que da gusto escucharla y que la primera liberación que hizo de su obra fue en el Parque de María Luisa, en Sevilla, sin prensa y sin nada. Yo me esperaba a alguien estirado, no sé por qué estaba predispuesta a que me cayera mal, y tuve que comerme mis prejuicios con patatas.

La segunda excepción es la chica de Clickart: ha hecho varias páginas promocionales de títulos publicados por Planeta o sus filiales y en cada ocasión se ha acordado de mandarnos (y aquí hablo en plural porque, como mínimo, contacta también con usuarios de Madrid y Barcelona) ejemplares. Entiendo que si sus web tienen muchas visitas, la editorial hará nuevos encargos, pero eso no la obliga a tener detalles como felicitaciones navideñas o el tono personal que imprime a sus mails, de modo que "la transacción" es mucho menos fría que en otros tratos con otras entidades.

Si a estas alturas no ha quedado claro que no me engaño y sé perfectamente que estos envíos de libros no tienen más objeto que conseguir publicidad casi gratuita (y digo casi porque al fin y al cabo hay que pagar portes e invertir algo de tiempo), es que de nuevo me he vuelto a ir por las ramas, pero dejo de enrollarme al respecto: ahora toca el lado sentimental, el que me hace leer esos libros y escribir las reseñas correspondientes, tanto tiempo postergadas.

Aunque hay casos variados, como el de Joaquín Doldán, que nos dio los libros para registrarlos y sólo porque dio la casualidad de que estábamos allí en ese momento y nos ofrecimos para ello (hablo en plural porque éramos dos los beceros presentes y ambos nos llevamos ejemplares), o el de Juan E. Ballester, que ofreció los libros a quien los quisiera y yo pedí que me enviase uno, hay veces en que recibo un mail diciendo "Quiero enviarte un libro". Salta a la vista que no es mi blog uno de esos que todo el mundo conoce y que termina por generar opinión. Tampoco me caracterizo por realizar análisis objetivos y sesudos, sino que me guío más por la forma en que consigo conectar con la historia. Supongo que la única garantía que doy es que intentaré endosar el libro a cuanta gente pueda antes de perderlo en la selva, pero aún así siempre es una sorpresa y un placer recibir un mail con esas palabras: "Quiero enviarte un libro", porque no soy inmune a los halagos y se me sube el ego por las nubes. ¡Alguien considera que tengo o bien alguna relevancia o bien un criterio fiable! ¿Cómo negarse a eso? Sobre todo en el caso de Alejandro Volnié, quien me dijo que me pasara por su web a pedir el libro que más me llamara la atención y, tras enviarme Martes y jueves se marcó el detallazo de regalarme cuatro libros suyos más, estos sin registrar. Como ser humano que soy, me gustan los regalos y me gusta que me hagan sentir ¿relevante? No sé cómo expresarlo, pero si queréis hacerme algún regalo o decirme que soy maravillosa, pues ya sabéis que esas cosas me gustan :P

Lo malo de esos libros es que, dado que se han dirigido a mí exprofeso para que los ponga en circulación, me ponen en un compromiso: es harto probable que el propio autor pueda leer lo que pienso de su obra y no es plato de gusto decirle a alguien que su libro me ha parecido un asco. Aunque conozco a dos (1 y 2) que son cutres y aún así cuelgan sus trabajos sin pudor alguno, me gusta pensar que quien escribe y da a conocer sus escritos está convencido de que merece la pena compartirlos y que se ha esmerado en hacer algo bueno. No creo que alguien (a excepción de los ya mencionados) pretenda lucirse con algo que sabe que es malo, sino que creo que todos ponen esfuerzo y lo mejor de sí en su obra, así que decirle a alguien que su libro me ha aburrido o que demuestra que hoy en día publica cualquiera aunque sea auto-editándose me sabe mal, casi me parece menospreciar al autor como persona. Por eso siempre me siento en la obligación de leer lo que me mandan y de darle cuanta difusión esté en mi mano a dicha obra, aunque a veces no pueda sustraerme a ser un poco destructiva (uf, es que A solas con Nacho era intragable...). Y parte de ese compromiso que creo haber adquirido al aceptar el libro implica, como ya he dicho, dar a conocer su existencia, cosa que sólo puedo hacer a través de determinados foros y de este blog. Con ese propósito nace esta serie de post.

Aunque, como ya dije, mañana me voy a El Puerto un mesecito así que ¡a ver si es verdad que cumplo con lo prometido!

Por cierto, algunos de esos libros leídos por compromiso y que no voy a comentar debido a que los leí hace demasiado tiempo y apenas los recuerdo, o no me gustaron y no soy tan masoca como para rememorarlos, o ya escribí sobre ellos en su día o simplemente no me apetece son:

-El enigma Vivaldi, de Peter Harris, cedido por la editorial (sobre éste me explayé a gusto en uno de mis antiguos blog, pero ese escrito ya lo eliminé de la faz de la Tierra... O de Internet. O como se diga en estos casos).
-A solas con Nacho, de Esteban Monasterio, enviado por el autor.
-Qué haces con tus pies en mi piscina, de Juan E. Ballester, enviado por el autor, aunque creo que este libro sí lo pedí yo cuando él lo ofreció en el foro.
-Perdona si te llamo amor, de Federico Mocchia, enviado por la chica de Clickart, que como ya dije puede ponerme en tantos compromisos como quiera, porque es muy simpática y así da gusto (no como con los de Seix Barral).
-La s7ptima M, de Francisca Solar, donado por la editorial (y cuya M es de mierda, seguramente, ¡qué libro más malo, para mi gusto!).
-Gato pardo, La brecha, La razón de Joaquín y Umbral mixteco, todos ellos de Alejandro Volnié y enviados por su autor.

24.6.08

Tres meses después... Me voy de vacaciones :P

Llevo tres meses sin escribir una sola palabra y, para mi sorpresa, el contador sigue aumentando. Despacito, despacito, pero aún hay lo que Statcounter denomina "Returning visits" y eso no sólo me sorprende, sino que me hace sentir un poco en deuda con los que aún se toman la molestia de venir, aunque nunca haya podido comprender qué esperan encontrar aquí... ¡Con lo que se me va la pinza!

Durante estos tres meses han pasado muchas cosas: trabajo, desempleo, ilusiones, desengaños, alergia, lluvia, calor, dos viajes a Madrid, muchos libros y muy pocas series. A Dios gracias éste no es un blog para contar mi vida y os voy a ahorrar los detalles de la mayoría de mis paranoias :P Aunque anoche comencé un diario y me pregunto por qué casi siempre la primera página de un escrito de ese tipo profundiza en los motivos para escribirlo: no hace mucho leí Pasos en el agua, que al fin y al cabo es el diario de su autor, y también dedica muchos párrafos a sus motivos para reseñar sus pensamientos y dejar constancia de sus actividades. Sin embargo, a ese diario se le nota claramente la aspiración a ser publicado, porque no hay ni una sola referencia a una pelea con la pareja, a la pereza que da ir a comprar el pan o a escribir simplemente porque se está demasiado desganado para hacer otra cosa. No sé dónde leí que uno escribe un diario a la espera de un lector, aunque sea uno mismo dentro de unos años, e igual este hombre se aplicó la máxima y se esmeró en hacer un libro y no un diario. Yo soy más prosaica, desde luego, y si me tengo que quejar de que mi madre me da el coñazo para que ordene mi habitación y que yo no sé dónde meter tanto trasto, pues lo hacía cuando tenía quince años e imagino que lo seguiré haciendo ahora con treinta. Al fin y al cabo, si no son esas cosas las que conforman mi vida, no sé qué puede serlo... La sutileza de las rosas no lo es, desde luego, aunque sólo sea porque mis bronquios reaccionan de forma extraña a su empalagoso olor y me obligan a tirar del Ventolín.

Puesto que no era esto lo que yo quería contar, vamos al lío:
BookCrossing en Sevilla: más sobre El Pumarejo
No sé si pasa por aquí alguien que sea de Sevilla y esté interesado en este tema, sobre el que tanto he incidido en este blog en los últimos post, pero yo lo vuelvo a contar todo desde el principio y me quedo tan pancha... Allá por mayo del año pasado la gente de Hacklab Hackarena se puso en contacto con nosotros para que hiciéramos una liberación en su quedada P2P. Recuerdo que aquel día llovía y que me limité a dejar los libros en la Casa de la Paz y a marcharme, así que cuál no sería mi sorpresa cuando, muchos meses después, se pusieron en contacto con nosotros para indicarnos que colaboraban con el Mercadillo Cultural del Pumarejo y que, si queríamos, podíamos utilizar su puesto en dicho mercadillo para promocionar BookCrossing en Sevilla. Eso de levantarme temprano un sábado para irme a un sitio donde no conozco a nadie a estar sentada mientras la gente mira los libros como si mordieran y se retrae cuando le explicas de qué va el tema como si en realidad les quisieras vender droga me echaba para atrás, pero acepté y... Y no me arrepiento.

El catorce de junio se hizo la fiestecilla de despedida, porque las calores estivales convierten en un suicidio hacer algo al aire libre a las doce de la mañana (algo que no sea meterse en un bar con aire acondicionado, a tomarse una cervecita) y el balance de estos meses (desde el 1 de marzo, que el primer día que fui nos desalojaron de la plaza xD) ha sido más que positivo: no sólo porque en alguno de los puestecillos de venta de libros de segunda mano haya encontrado ciencia ficción de la que me gusta por un euro el ejemplar; ni porque no haya habido ni un solo usuario nuevo ni una triste entrada, pero haya conocido a gente muy peculiar ("Niñaaaaaaa, tómate una cervecita conmigoooo!, "No", "Bueno, pues no, pero ¿tienes papel de liar?", o cierto caballero para el cual no hay más literatura que los clásicos y por tanto rara vez encuentra algo de su agrado, pero aún así repasa todos los sábados concienzudamente nuestro puesto, o cierta señora que nos trae libros para que nosotros los registremos mientras sus nietas miran las películas que comparten los del Hacklab y un largo etcétera de personajes curiosos); no porque haya venido un escritor a dejarnos sus libros y siempre me hace ilusión que consideren que hacer viajar los libros es una buena forma de darse a conocer; no porque realmente la cantidad de libros que se mueve sea interesante a pesar de la falta de resultados en la web; sino porque al fin tenemos cierta entidad.

Hasta ahora, dependíamos de los del Hacklab: cuando ellos no podían montar su tenderete, nosotros tampoco íbamos. Bookcrossing es una página web americana, pero a nivel local no tiene ningún tipo de jerarquía ni organización precisamente porque se basa en la libertad absoluta, en liberar lo que quieras donde quieras en el más absoluto anonimato. Ya es cuestión de los propios usuarios el conocerse y montar algo juntos, pero liberar libros no tiene por qué ser una actividad "gregaria", se puede hacer en solitario, de modo que cuando fue el Encuentro Nacional en Sevilla nos encontramos con que las autoridades querían hablar con "el presidente de la asociación" ¡y no existía ninguna asociación! No teníamos entidad ninguna. Sin embargo, a finales de mayo ya se distinguía el tema de los libros de la actividad del Hacklab y el penúltimo sábado me indicaron que podíamos sacar la estantería aunque no estuvieran ellos. Por último, Luis (uno de los que venden libros de segunda mano) me comentó que ya se habían constituido en asociación y que si me quería unir: de este modo, con el respaldo de una asociación, si en algún momento hay que organizar algo hay más probabilidades de obtener ayudas y permisos. Claro que también implica que hay que arrimar el hombro a la hora de organizar las cosas y ya me he comprometido a ayudar en la barra en la fiesta de reapertura, a primeros de octubre, pero supongo que será otra experiencia divertida :P

Por cierto, que yo no soy nada altruista, pero toda la gente del Pumarejo suele ser activista de pro: clases de español para inmigrantes, manifestaciones antimilitaristas, presentaciones de libros... Hacen de todo, incluso colaborar en movimientos okupa. Es así como me enteré de la existencia del Centro Social Ocupado Autogestionado "Sin nombre", en la calle San Bernardo, y de los proyectos que se han concebido para ese lugar. Javier, uno de los chicos del Hacklab, quiere montar allí una especie de biblioteca de anime, un punto de reunión para otakus, entre otras movidas, así que aquí dejo el enlace para el blog de dicho centro, por si alguien quiere echar un ojito a las actividades que ya se están realizando y tiene algo que proponer:
http://csoasinnombre.blogspot.com/

En resumen, que sigo animando a todos a que os paséis a saludar algún sábado por la mañana, cuando volvamos a estar en activo. Aunque, con la suerte que tengo, seguro que encuento pronto un trabajo que me mantenga ocupada los sábados por la mañana xD

Tenía intención de contar más cosas, pero lo dejaré para mañana, que el viernes me voy de vacaciones, un mesecito a El Puerto de Santa María, donde no tengo conexión a menos que me vaya al Centro Cultural Alfonso X el Sabio, y tengo que empezar a preparar las cosas para un mes de incomunicación. ¿Cuántos libros podré leer, sin ordenador para distraerme? :P

26.3.08

Casualidades de la vida

Supongo que podría hablar del manga de Ray, que es infinitamente mejor que el anime (que ya comenté); podría comentar la novela Teresa Raquin, de Zola, pero ni siquiera he hecho la entrada correspondiente en BookCrossing; podría explayarme sobre Paprika porque no sólo me ha fascinado la película, sino que la banda sonora parece ser lo único que puede reproducir mi ordenador... Pero como no tengo ganas de quebrarme demasiado la cabeza con una redacción que pueda parecer coherente, pues cuento una gilipollez y ya está.

Hoy, en el autobús, tenía la neurona dividida entre la lectura y mis propias paranoias (demasiadas cosas hay en mi vida que no me gustan, últimamente, y no siempre la lectura equivale a evasión, aunque ayude bastante), cuando ambas cosas confluyeron de forma natural. Para ser más concreta, diré que estoy leyendo Literati, de Barry McCrea, que a pesar de que no augura nada bueno para su desenlace y creo que va a decaer muchísimo, me tenía basatnte intrigada: Niall descubre las sortes, que consisten en abrir un libro cualquiera, elegido sin pensar, y escoger también un párrafo al azar que contestará a la pregunta cuya respuesta se busca. Las palabras terminan por ser un ente en sí mismas, con independencia de su contexto, y Niall se ve atrapado en una atmósfera de irrealidad causada por esa autonomía de significado, que le impide hilar un término con otro y contemplar los textos con coherencia. Dado que me gustan los libros y que esa pesadilla de aislamiento está bastante bien narrada para mi gusto (o quizá es que tan sólo estoy receptiva para esta clase de paranoias, estos días), me dejé llevar un poco y, abriendo el libro por una página cualquiera y sin haber hecho ninguna pregunta en concreto, apareció este texto:

Si no hay esperanza, dame un beso y separémonos.
Nada he hecho; nada más obtendrás de mí,
y me alegro, sí, me alegro de todo corazón,
de poderme librar tan netamente;
despidámonos para siempre, olvida tus juramentos,
y cuando volvamos a encontrarnos alguna vez,
que no se note en tu rostro ni en el mío
que conservamos algo del antiguo amor.


Se trata de una de las citas de otros libros que Niall utiliza para realizar las sortes, pero no se menciona la obra original. Tampoco es que sea de una belleza sobrecogedora, bien podría ser la letra de una canción de puro normal, pero... También hubiera podido ser la respuesta a una de las muchas preguntas que me bullían en la cabeza.

Casualidades de la vida.

P.D: Juas, yo misma me sorprendí de ceder al impulso, que sabía que estaba un tanto desequilibrada, ¡pero no sabía que tanto! Y cuando pensé que bien me vendría aplicarme el cuento de ese texto (aunque de forma parcial), opté por repetir el experimento y verificar que había sido eso, una casualidad. Pero ¿a que sería bonito encontrar respuestas en los libros de forma tan literal?

24.3.08

Más proyectos de BC en Sevilla

Esta entrada viene a ser la segunda parte de ésta otra, así que dudo mucho que interese a alguien que no sea amigo mío o quiera enterarse de las movidas de BookCrossing en Sevilla... No obstante, creo que la gente de Hacklab Hackarena está acometiendo un proyecto bastante ambicioso, pero también muy bonito, así que no está de más darle la mayor difusión posible aunque yo no me entere de la misa la mitad. Pero mejor empezar desde el principio.

Ya conté que nos habían propuesto ayudar e informar en la Zona de Cruce Oficial que iban a montar en el Mercadillo Cultural del Pumarejo. Acepté, fui... Y me encontré con que además de los que siempre están allí con las litronas (honestamente, de esa plaza yo conocía sólo su mala fama) estaban varios puestecillos con libros de segunda mano, los chicos del Hacklab con sus folletos, sus DVD y sus revistas de informática y ¡un furgón de la Policía Local! Allá que me acerco al tenderete del Hacklab, miro qué libros tienen en el expositor que han habilitado como Zona de Cruce, les paso un pendrive con archivos relativos a BookCrossing (etiquetas, folletos, la historia de la web, etc), me siento ¡y nos desalojan! La versión de los que allí estuvieron se puede leer aquí (me sorprendió leer que Zifra se hacía eco de la noticia, también, porque no sabía que él anduviera metido en estos temas), pero la mía es mucho más light, ya que yo no me indigné en absoluto. En primer lugar, cuando yo llegué los policías estaban en una esquinita sin hacer ruido; al poco, pidieron los DNI a algunos; y lo siguiente que supe fue que nos desalojaban, con lo cual ayudé a desmontar el chiringuito y quedamos en vernos al sábado siguiente, todo con una tranquilidad pasmosa. Aunque siempre sorprende que te desalojen de la calle (generalmente a una la echan a la calle pero ¡yo ya estaba en fuera de cualquier sitio!), todo el rollo de los okupas me hacía pensar que un desalojo es algo violento y desagradable, pero todo se desarrolló con tanta tranquilidad que mi primera experiencia con la policía se quedó en mera anécdota: "Mamá, ¡nos han desalojado! Como almuerzo con unas amigas, me voy directa para el trabajo, no me esperes".

Por lo visto, aunque el mercadillo lleva establecido muchos años y tienen permiso del distrito y de no sé quién más, los policías solicitaban otro tipo de permiso diferente que la gente del Pumarejo se agenció a lo largo de la semana, de modo que al segundo sábado ya pudimos tomar posesión de la plaza con tranquilidad. Durante ese segundo sábado los transeúntes se llevaron libros, le vendí el rollo becero a todo el que quiso escucharlo, conocí gente y pasé una mañana de lo más agradable, con lo cual animo a aquellos usuarios que quieran cotillear qué novelas hay disponibles a que se pasen un rato por allí aquellas mañanas de sábado que no tengan nada que hacer. Es más, el tercer sábado se acercó una mujer no a llevarse libros, sino a darnos aquellos que le estorbaban por casa, luego creo que esta colaboración es beneficiosa para BookCrossing en todos los aspectos posibles: cuando no es algún usuario nuevo, son libros para liberar, de modo que, en lo que a mí respecta, intentaré acudir todos los sábados que pueda.

El cuarto sábado era Sábado Santo, así que me fui para allá con los dos únicos chavales del Hackarena que acudieron para encontrarme con que ¡éramos los únicos asistentes! De modo que me propusieron irme con ellos a la nueva sede que tienen, en el Centro Social San Bernardo. Yo no tengo ni puñetera idea de ordenadores, ni de electricidad, ni de nada, pero como ya me habían comentado que quieren habilitar una estantería con libros de BookCrossing en su nueva sede, pensé que podría ir a cotillear (que no a ayudar, porque yo no sé montar un servidor, ni derivar cables, ni tenía ganas de ponerle a limpiarles el local). Cuál no sería mi sorpresa cuando me encontré en una casa ocupada (argh, que yo soy burguesa en lo que al tema de la ocupación respecta), comida de mierda y atiborrada de trastos y pensando "¿Y yo qué hago aquí?".

No obstante, a base de escuchar a Javier, ha terminado por convencerme de que ese proyecto es bastante idealista, pero es bonito: en esa casa van a tener su sede muy diversas asociaciones que quieren desarrollar allí sus actividades, hasta el punto que ya han empezado diversos cursos y talleres. No sólo nos hacen un huequecito a los usuarios de BookCrossing para coger y dejar libros, sino que Javier pretende ponerse en contacto con asociaciones de otakus y roleros para organizar proyecciones, charlas y cualquier actividad que pueda resultar interesante. En definitiva, ofrecen un sitio para todos aquellos que quieran compartir lo que saben y lo que tienen con los que puedan estar interesados.

Yo no pertenezco a ninguna asociación ni sé hacer nada en particular, así que el único granito de arena que puedo poner es darle publicidad a esta iniciativa, por si alguien se apunta...

23.3.08

¿Te pegas un mes sin escribir y ahora me cuentas esto?

Juas, ¡si hubiese esperado tan sólo tres días más, hubiera celebrado un mes completo sin escribir! Pero cuando tenía tiempo, no tenía ganas, y es justamente hoy que tengo otras cosas que hacer cuando me siento delante del ordenador a comentar mis impresiones sobre Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia. No es porque el libro me haya gustado o porque necesite defenestrarlo públicamente para mostrar mi repulsa ante semejante pastelón (aunque es cierto que me ha parecido un asco pasteloso, a pesar de que la palabra pasteloso no esté recogida en la RAE), sino porque creo que se lo debo a la chica que me pasó los libros. Os cuento:

Quien a estas alturas no sepa que estoy metida en el rollo BookCrossing (ya contaré más adelante cómo va el tema del Mercadillo Cultural del Pumarejo y la Zona Oficial de Cruce que quieren montar en la Casa de San Bernardo) es que no sabe de mis actividades por la red. Fue precisamente a través de BookCrossing que la gente que Clickart me ha ido pasando ejemplares de todas las novelas a las que les han diseñado la web promocional. A cambio, yo me comprometía a darles publicidad en blogs, foros y allá por donde yo pululase y a hacerlas circular de mano en mano, pero confieso que sólo cumplí con la segunda mitad del trato: todas las novelas de Paulo Coelho ya están perdidas por España, La muerte lenta de Luciana B. está empaquetada y lista para viajar a Barcelona y ya ando buscando a quién encajarle Perdona que te llame amor, pero todavía no había hablado de ninguno de estos libros en ninguna parte, a pesar de las muchas ganas que tengo de explayarme sobre Algo tan parecido al amor, que leí allá por noviembre y me encantó. Sin embargo, Algo tan parecido al amor me exige un estado de ánimo del que ahora mismo estoy huyendo, así que prefiero poner a parir Perdona si te llamo amor... Porque es una obra que se presta muchísimo a sacarle defectos a puñados (una muestra de mis primeras impresiones, en el journal del libro). Vamos allá:

"Federico Moccia se ha convertido en el gran fenómeno editorial italiano de los últimos años con más de tres millones de libros vendidos. Su tercera novela, Perdona si te llamo amor, con ventas que superan el millón de ejemplares, ha pasado a ser un verdadero punto de referencia para varias generaciones de nuevos lectores, que se ven reflejados en la autenticidad de su historia.

Niki es una joven madura y responsable que cursa su último año de secundaria. Alessandro es un exitoso publicista de treinta y siete años a quien acaba de dejar su novia de toda la vida. A pesar de los veinte años de diferencia que hay entre ambos y el abismo generacional que los separa, Niki y Alessandro se enamorarán locamente y vivirán una apasionada historia de amor en contra de todas las convenciones y prejuicios sociales.

Una deliciosa novela sobre el poder del amor ambientada en las románticas calles de Roma. Perdona si te llamo amor es, además, una involuntaria guía alternativa de esta ciudad. Deseosos de conocer los escenarios de esta Love Story contemporánea, jóvenes de todo el mundo buscan los consejos que aparecen diseminados por todo el libro para descubrir dónde comer las mejores pizzas o saborear los helados más exquisitos."

Para empezar, veamos cómo la sinopsis miente más que habla: dejaremos aparte que en sus primeras dos novelas el autor habla del amor de dos personas de muy diferente extracción social para explotar en la tercera el rollo de la diferencia de edad, lo cual parece el mismo perro con distinto collar, para examinar esas frases que hacen referencia a la autenticidad de la historia y a que Niki es madura y responsable... ¡Y una mierda! ¿Qué tiene de realista que una jovencita a la que se define como hermosa (hermosa, no guapa, ni atractiva) se salte un ceda y se empotre contra un coche y el tío de treinta y siete años que es un publicista famoso y gana una pasta gansa se líe con ella en lugar de pedirle los papeles del seguro? Ella decide desde el primer momento que él es el amor de su vida y él se deja acosar porque, lejos de mandar a la mierda a una pesada semejante, le hace gracia: le ejerce de taxista y no sólo se divierten horrores sino que follan como conejos. Oh, sí, un realismo increíble, todos conducimos un pedazo de Mercedes y tenemos mil quinientos euros en el bolsillo para pagar a un detective privado que investigue si nuestro amigo tiene cuernos, es algo que pasa todos los días.

A fuer de resultar una historia forzada e irreal, las amigas de la protagonista se han puesto un nombre, como si fueran una pandilla de canis callejeras en lugar de una piara de crías de instituto. El autor pretende demostrar que la adolescencia está llena de felicidad y diversión y esas escenas de gamberreo juvenil son absurdas a más no poder, hasta el punto que no pude dejar de pensar "Pero ¿son adolescentes o es que son tontas?". En vista de que Niki es la "madura y responsable" (una niña que se pasa toda la novela mintiéndole a sus padres, subiéndose al coche de extraños sin dudarlo, que coge el volante de manos del conductor sin pensarlo, haciendo apología de las vacaciones autoregaladas aunque el autor pretenda hacer ver que es Carpe Diem), no es de extrañar que todo lo relacionado con las escenas entre amigas resulte artificioso, como si esa felicidad fuera algo impuesto, innatural en gente de diecisiete años. Parece que el autor dijera "Niñas, ahora toca parecer alocadas y felices" y quisiera aparentarlo a cualquier coste. Bastante penoso.

Tenemos a un tío con dinero y a una chavalita majarona que se enamora a primera vista. Él se deja seducir por la idea de la libertad, la improvisación y aprovechar la vida, lo cual es un tópico muy trillado, demasiado, pero lo peor es que la sinopsis habla de convenciones y prejuicios sociales ¡y estos no aparecen en la novela! Las amigas de Niki están encantadas de que se líe con un tío mayor, sobre todo si el sexo es bueno; los amigos de Alessandro le envidian la novia que se ha buscado; los padres de la chica deciden demasiado pronto que todo sea por el bien de su hija; ¡incluso los contratiempos son pocos y cortos! Un accidente de una amiga, una escena de celos, ¡hasta el regreso de la ex! Esta novela está compuesta de ciento y pico capítulos cortísimos y cada crisis ocupa, a lo sumo un par de capítulos, con lo cual la proporción de disgustos es ínfima respecto a la cantidad de páginas que dedican a comer por ahí, a experimentar con el sexo o a viajar: que la ventaja de que él está forrado es que pueden vivir cosas que no se pueden experimentar sin haber ahorrado previamente.

En definitiva, esta novela es una novela sobre la felicidad, y la felicidad es aburrida de leer porque puede llenar de plenitud a quien la vive, pero termina por resultar monótona a quien la ve desde fuera, por mucha imaginación que le echen a la hora del sexo. Se trata de una obra del montón, sobre la necesidad de aprovechar el tiempo y de tomar las cosas tal y como vienen, esa filosofía que está ya más vista que el tebeo y que tampoco se descubre aquí de una forma que pueda resultar original. Todo es demasiado idílico desde el principio y, por tanto, no me causó más que hastío y fatiga.

Pastelosa, pastelosa, pastelosa: ideada para pegarle una etiqueta de BookCrossing y tirarla a la calle, ¡porque yo no quiero que esto se quede en mi casa!

26.2.08

¡Escalpelo! ¡Fórceps!

Hace algún tiempo, mi mentora en temas de anime (jo, Ana, a ver si te llamo, ¡que yo también echo de menos el café quejoso de por la mañana!) me comentó que estaba contenta porque al fin había encontrado el anime de una serie que le gustaba mucho, sobre una doctora con Rayos X en los ojos. Honestamente, el tema no me pareció demasiado apasionante y por tanto lo dejé correr, pero los caminos del frikerío son inescrutables: me tocó ejercer de correctora de la serie Blue Drop, que es bastante aburrida pero me indujo a interesarme por los correspondientes manga, con lo cual terminé por indagar en la obra del autor, Yoshitomi Akihito. Fue entonces cuando supe que el autor de tanto yuri era quien había dibujado la serie de la que Ana me hablaba y que dicha serie en efecto había sido llevada al anime, así que, Tokyotosho mediante, me la bajé. Para más inri, entre el desempleo y otras cuestiones estaba bastante deprimida, así que pensé que la sangre y las vísceras supondrían la distracción perfecta y ¿qué mejor que una serie sobre cirugía para garantizarme la casquería? Así fue cómo encontré Ray The Animation (la web oficial está en japonés, por cierto) debido a un cúmulo de circunstancias y coincidencias que lo propiciaban y ¡la he visto en dos días!

Supongo que no tiene mucho mérito ver una serie de sólo trece capítulos en dos días, pero algo deben tener las aventuras de esta doctora cuando han conseguido que me plantee comprar el manga correspondiente, que Glénat ha editado en España y que me va a suponer un buen desembolso... Así que entremos ya en materia:

Existe una organización, llamada "El Sindicato" (juas, ¿cuántas organizaciones criminales hay que se llamen así, en cuántas series?) que cría niños para vender sus órganos. En el caso de Ray, fueron sus ojos los destinados a la venta, pero fue rescatada y no sólo encontró una madre adoptiva, sino que Black Jack (personaje de otra serie de manga, a la que de este modo se homenajea) le restauró la visión y añadió algo más: la capacidad de penetrar la materia. No digo Rayos X porque esta mujer puede ver a través de las paredes, sí, pero también puede percibir los tejidos blandos y los órganos. Con semejante don y con el ejemplo de su madre, Ray decide convertirse en médico, aunque no puede olvidar a todos los que dejó atrás, en aquella habitación blanca que no era más que una granja de cría, ni perdonar al hombre que portaba un sello con una H y que dictaminó que debía perder sus ojos.

Lo más curioso es que esta serie tenía todas las papeletas para no gustarme: los casos a los que se enfrenta Ray son aquellos en los que una triste bacteria muta hasta convertirse en un monstruo gigante que está fagocitando a su paciente en lugar de matarlo de infección como sería de esperar; trabaja en un hospital donde las enfermeras tienen de ninja tanto como de enfermeras y el propio director es un peligro de por sí; donde yo esperaba sangre y casquería, tenemos unas operaciones muy rápidas, sin detalles, que se desarrollan al ritmo de una musiquilla tal que una espera ver cómo Ray se sube en el bat-móvil en lugar de coger el bisturí; y prácticamente cada capítulo es una historia independiente de las demás. Sin embargo, todos esos casos extraños terminan por estar relacionados con las actividades de "El Sindicato", con lo cual cada una de estas historias, en apariencia independientes, es un paso más para que se vaya descubriendo el pasado de Ray y todos los intereses que se movían en torno a aquella granja de órganos.

Aunque Ray pueda tener el tipo de heroína solitaria, porque es fría e incluso un poco borde, los personajes que la rodean y que se convierten en sus amigos son de lo más variopinto. No sólo el director tiene más pinta de mafioso que cualquiera de los malos, con su parche en el ojo, su pata de palo y su barba hasta la cintura, sino que entre las enfermeras se cuentan desde la tímida hasta la friki que adora las teorías conspiratorias que puedan circular por internet, aunque todas ellas se defienden bastante bien en una pelea cuerpo a cuerpo; pero todos ellos son leales compañeros y, si bien desconcierta un poco el tipo de hospital en que trabaja Ray, son estos personajes los que dan el toque de humor a la serie.

Digo el toque de humor porque la calidez, para mí, la da Shinoyama, compañero inseparable de Ray e ingeniero, constructor de órganos artificiales. ¡Me encantó este personaje! Aunque Ray sigue enamorada de Koichi, uno de los niños que compartían su encierro en las instalaciones de "El Sindicato", Shinoyama no se corta ni un pelo a la hora de declararle lo amor y lo hace con una naturalidad tal que parece broma y no resulta cursi ni pesado, sino divertido. Sin embargo, a mí me debió pillar el día tonto, porque terminé por sentir debilidad por este personaje, por su entrega, su lealtad y por la tranquilidad con que acepta que donde no hay, no se puede rascar.

En conclusión, que la serie es entretenida, mucho: tiene de todo, pero nunca resulta ser dramática o edulcorada, sino que consiguió mantener mi interés pese a todo lo que ya he largado de ella.

Habrá que buscarse el manga... (Que casi nueve euros por tomo son para pensárselo bien, ¿eh?).

21.2.08

Llamamiento a los beceros sevillanos

Tras tanto tiempo sin actualizar (primero fue el trabajo, luego fue un viajecito a Granada, ahora son las pocas ganas de escribir que tengo) me temo que regreso para escribir algo que no interesará a nadie, salvo a los beceros sevillanos: no sólo hay una Zona Oficial de Cruce en la Plaza del Pumarejo, sino que quieren que colaboremos en el mercadillo de intercambio cultural que hay allí los sábados y cuya existencia desconocía.

No sé si recordaréis que los del Hacklab Hackarena recurrieron los beceros sevillanos para hacer una liberación en la Plaza del Pumarejo, con ocasión de una quedada P2P que hicieron el día... Bueno, no recuerdo la fecha, sólo recuerdo que una usuaria nos había cedido una buena cantidad de libros que pude llevar y que ese día no sólo llovía, sino que nadie pudo venir conmigo y por tanto el evento quedó un poquito deslucido en lo que a BookCrossing respecta. Hubo pocas cazas, además, pero lo importante es que empiezan a contar con nosotros para las cosas más diversas (el año pasado por estas fechas también estuvimos en las Jornadas de Cultura Japonesa de Tokyo Génesis...). Los del Hackarena propugnan el intercambio cultural gratuito, así que la liberación de libros es algo que se aviene perfectamente a su filosofía. Hoy he recibido de parte de uno de sus integrantes el siguiente mail (que copio tal cual, ¿eh? Así que las tildes faltantes y demás errores no son míos...):

"Hola Aurora, gusto en escucharte.

Resulta que desde hace un mes salimos todos los sábados a la plaza del
Pumarejo y ponemos un puesto de hackarena-hacklab en el mercadillo
cultural para compartir. Puedes ver algunas reseñas aquí:

http://estrecho.indymedia.org/newswire/display/72852/index.php
http://estrecho.indymedia.org/newswire/display/72957/index.php

Tambien montamos un punto de BookCrossing con los restos de la última kdd
p2p a la que creo asististe.

La idea es que nos asesores sobre cómo hacer bien el bookcrossin y si te
animas, que salgas los sábados con nosotros al mercadillo cultural o
alguien de bookcrossing sevilla.

Si te interesa podemos quedar. Esta tarde jueves, a partir de la 20:00
estamos en Casa de la Paz, en el Pumarejo. El Sábado montaremos algo pero
en la Alameda porque hay una manifestación a la que queremos acudir y
terminamos allí.

Esperamos noticias tuyas
:-)
carlos_r"

El sábado día 1 planeo estar en Córdoba, de pingoneo, pero creo que el mercadillo cultural es una buena excusa para tomarnos una cervecita algún sábado por la mañana... Por lo pronto, les he contestado que cuenten conmigo para ir a la Alameda, porque tenía pensado ir a ver la exposición de El Greco en el Museo de Bellas Artes y por tanto estaré por el centro. Cualquiera que esté interesado en acudir o colaborar, será bienvenido.

Las aportaciones en forma de libros también serán bien recibidas, claro, que a pesar de que mis libros disponibles irán a la calle tarde o temprano, preferiría liberarlos de forma paulatina y no todos de una sola tacada, por aquello de seguir mi ritmo de una liberación semanal.

En fin, que si alguien se anima a venirse los sábados, ya sabéis dónde estoy.