15.5.21

No me dejes así

Si Ulises 31 y La pequeña Polon determinaron mi amor por la mitología y la cultura clásica, Dragones y mazmorras me arrojó a los brazos de la fantasía épica y los juegos de rol: definitivamente, los programas infantiles de mi época son la causa directa de todas mis pasiones. Cierto es que ya hace mucho que no soy una kender y que ya no hay tanta proporción de ese género en mis lecturas, pero de vez en cuando me gusta deleitarme con una buena ración de magia y dragones. Algo de eso creí atisbar en la sinopsis de Soñando con bosques, de Virginia Pérez de la Torre, publicado por Cazador de ratas, cuando lo encontré en la Feria del Libro de Tomares y por eso me lo llevé. No me fijé en la autora, de la que leí y aborrecí Hijos del dios tuerto, omisión de la que ahora me alegro.

El rey de Novana ha muerto y el príncipe Tearate debe guardar el debido luto antes de ascender al trono. No es ajeno a que algunos de sus nobles aspiran al puesto, en tanto que otros desean la independencia de sus tierras. Parece ser que hubo algún tipo de cataclismo y el país es una isla resultante del mismo, pero algunas de sus regiones fueron desgajadas de territorios ocupados por otras etnias, con otra cultura, y aspiran a erigirse en naciones por derecho propio. Esos norteños, los re-hann, tienen algo de druidas o algún tipo de poder relacionado con la naturaleza, pero del mismo modo que no hay demasiados datos sobre el origen de la isla y las particularidades de los distintos dominios, tampoco se extienden demasiado sobre la naturaleza de esa raza que se pinta la cara de azul, como los pictos. Una de esas mujeres es el aya de Isobe, hermana de uno de los señores más poderosos de Novana, y de Diaina, la hija del mismo. La niña tiene sueños premonitorios y extrañas ausencias que tanto su tía como el aya aceptan con naturalidad aunque no parezcan relacionados con la tríada de dioses que componen el panteón de la religión oficial. Cuando los conspiradores se ponen en marcha para evitar que Tearate sea coronado, el futuro rey se retira, enfermo, y comienzan a correr rumores sobre su muerte.

Son muchas las cuestiones propuestas, ¿verdad? Estuve buscando si había alguna continuación, porque pensé que estaba ante la primera entrega de una trilogía, pero no: ni detalles sobre el cataclismo; ni descripciones de los ritos ni habilidades de los re-hann; apenas alguna referencia a partir de la cual inferir las rencillas en el seno del clan independentista; ningún dato sobre la madre de Diaina para que podamos imaginar por qué la niña tiene esas habilidades (algo se dice sobre el aya, pero todas las referencias son muy vagas); las imágenes apocalípticas se repiten sin que en ningún momento se vea la realización del augurio; la resolución es apenas un parche y se insinúa que todos los participantes en la trama guardan un as en la manga y no van a conformarse con el papel que finalmente les ha correspondido. Llegué al final pensando que no se había resuelto nada. Me habían planteado un puzzle rico y complejo y me enseñaban la imagen de la caja, pero todas las piezas seguían sueltas dentro.

No puedo decir que no me haya gustado, porque la promesa que me realizaba la autora sí me seducía, pero me he quedado a medias en todo. Necesito una segunda parte ya.

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