31.1.08

Justo lo que pienso sobre Harry Potter

Descubrí este cómic on line en el foro de Anime Underground y empecé a leerlo desde el principio: aún voy por la mitad. Pero hoy, en una de las historietas, he descubierto una descripción muy exacta de Harry Potter y no podía dejar de darla a conocer al mundo:

http://www.giantitp.com/comics/oots0253.html

29.1.08

Por si alguien no lo entiende

"Usted es un hijo de puta, señor. No lo digo para insultarlo, lo digo porque es una liberación".

Esta frase extraída de Los impacientes, de Gonzalo Garcés, expresa una verdad como un templo. Hay quien confunde desahogo con ofensa (y a quien lo haga, que le den por culo xD).

En cuanto a la obra en sí, me temo que no eran estos los días propicios para leer una obra en la que el narrador omnisciente a veces habla en primera persona, por sí mismo, otras veces emplea la primera persona para tratar al personaje que protagoniza la escena y cambia de un modo a otro sin previo aviso, en el mismo párrafo. Para más inri, es de esta prosa repleta de supuesta metafísica y sentimiento, llena de imágenes y sensaciones, de trascendencia que, cansada, muerta de sueño y a veces cabreada, a mí se me ocultaba tras las palabras.

Quién sabe, quizá en otra ocasión y en otras circunstancias me hubiera gustado... Pero la frase que cito, con independencia del resto de la obra, me ha encantado. Una verdad como un templo.

27.1.08

El séptimo secreto, de Irvin Wallace

Quien me conozca un poco sabe que, aunque abandonase el foro, sigo siendo un miembro activo de BookCrossing. Fue a través de esa web que llegó a mis manos El séptimo secreto, de Irving Wallace. Supongo que, de otra manera, jamás habría leído esta novela, pero nos la donó un particular para que la liberásemos por Sevilla (actualmente está perdida en Barcelona) y, como a mi padre le encanta este tipo de literatura facilona, la aparté para él. Ya que estaba en casa, la leí yo también.

Puede que el autor escribiera bestseller como churros y que alguna de sus obras fuera llevada a la gran pantalla pero, honestamente, El séptimo secreto no me anima precisamente a leer más novelas suyas: aunque se escribió en 1985, cuando yo ya estaba en el mundo, desprende el mismo tufillo que otras tantas películas de la época y que no atino a describir correctamente... Es una extraña mezcla entre la liberación de la mujer y el machismo, como cuando Michael Knight (el de El coche fantástico) iba a proteger a una muchacha que en sus ratos libres se resistía a entregar su negocio a la mafia, pero a la que se le caían las bragas al suelo en cuanto veía los ojitos claros del prota. A ver si contando un poco de qué va la cosa, puedo desarrollar un poco esta idea de mujer liberada que en el fondo aún ansía un macho que la proteja, para que se entienda:

El padre de Emily es un eminente historiador que está trabajando en la biografía definitiva de Hitler, pero un "desgraciado accidente" acaba con su vida cuando al fin había encontrado la prueba definitiva de que el dictador sigue vivo. Emily, que es una muchacha emancipada que no hace mucho que ha roto con su prometido y está tan entregada a su carrera que no se deja seducir por las veleidades (esto es, te la describen como una mujer liberada, pero no lo suficiente como para tirarse al primero que le insinúe; atractiva, pero en absoluto vanidosa y que tampoco se excede a la hora de arreglarse; una mezcla entre moderna y reprimida bastante curiosa), decide que su nueva misión en la vida es finalizar el trabajo que su padre no pudo terminar así que, ni corta ni perezosa, hace las maletas y se marcha a Alemania a seguir las pistas que condujeron a su padre a la muerte.

Por otro lado, Tovah es una espía del Mossad, hermosísima, inteligentísima y otras cosas acabadas en -ísima, que está embarcada en la búsqueda de antiguos cabecillas nazis para llevarlos ante la justicia, de modo que la posible supervivencia de Hitler le interesa muchísimo; hay un periodista cuyo nombre no recuerdo (leí el libro allá por octubre de 2007) que cubrió la noticia de la muerte del historiador y por tanto desea seguir explotando el filón de esa historia; el director de un museo interesado en las pinturas del dictador; y Foster es un arquitecto interesando en la arquitectura del Tercer Reich que quiere hablar con el padre de Emily para concretar determinados datos sobre los búnker que el Führer se hizo construir. Emily no conoce a ninguno de los cuatro y, aunque sabe que la muerte de su padre es un asunto turbio que debe rodearse de secretismo porque cualquiera que estuviera al corriente de la investigación puede ser quien ordenó el asesinato, en cuanto se encuentra a estos personajes los hace partícipes de todo lo que sabe y les entrega su confianza. En el caso del periodista tiene cierta lógica, dado que el buen hombre se pone en contacto con ella para contarle todo lo que sabe sobre el asesinato del historiador, por qué sospecha que fue asesinato y no accidente, etc, se involucra de forma voluntaria, pero ¿qué clase de persona que sabe que su vida corre peligro se lo cuenta a dos absolutos desconocidos durante una cena? ¿En qué se basa para saber que puede confiar en ellos? ¿En que Emily sintió una excitación sexual irrefrenable en cuanto vio a Foster por primera vez?

He aquí otro punto irritante de la novela: Emily tiene una suerte increíble, por confiarse a personas que la van a ayudar, pero esa confianza no está justificada en un principio. Demasiada casualidad, demasiado rápido. Pero su historia con Foster es casi peor, porque esos amores apasionados al primer vistazo, sin haber cruzado palabra, siempre me han chocado muchísimo. La mera visión de Foster, su indudable virilidad, carisma o como quiera denominarse a esa presencia de macho que tanto gusta en las novelas románticas (estoy pensando en La novia de la bestia, que ya comenté en este blog, por ejemplo), hacen que Emily se sienta insegura porque Tovah es mucho más atractiva que ella, pero que aún así haga por arreglarse y agradar. Que Foster la corresponda ipso facto y el amor se convierta en algo irrefrenable me parece una triste excusa para justificar las escenas de sexo, nada escandaloso pero sí muy explícito. En seguida se establece ese tipo de relación en que la mujer es fuerte y decidida, sí, pero él es más fuerte y más decidido y por tanto se erige en protector. En este aspecto, el libro me pareció asquerosamente machista y retrógrado.

No voy a destripar demasiado la novela, por si alguien siente curiosidad por el título y desea leerla, pero si hasta ahora todo lo que he contado hace que parezca algo un tanto inane, lo que no voy a contar es igualmente carente de interés, debido a lo lineal de la trama. Emily no se va a encontrar a ningún personaje intrascendente, sólo va a conocer gente empeñada en matarla o en salvarla, con lo cual hay muy poquitos personajes y semejante relación entre ellos hace que las casualidades parezcan demasiados forzadas y se note demasiado que el autor nos está llevando por dónde él quiere de la forma en que él quiere. Por si fuera poco, todo esto conduce a un final disparatado e increíble, que ni siquiera es racional o comprensible en el marco de la guerra fría de los ochenta (cuando fue escrito el libro), porque los planes de los nazis en la sombra, esos que protegen a una Eva Braun que no murió y que planean el resurgir del III Reich tienen tantos quizá y tantos elementos imprevisibles y azarosos que no hay quien se los crea.

Por tanto, una novela prescindible, absurda y olvidable, hasta tal extremo que si la he comentado hoy es porque comencé el borrador cuando la leí y me daba pena borrarlo sin tirarle antes un poco de tierra encima a esta obra :P

26.1.08

Seix Barral y la movida de la liberación

En octubre de 2007 abandoné definitivamente el foro de BookCrossing, un tanto aburrida de que la gente pidiera consejo sobre cómo abordar a alguien que le interesase o cómo instalar el antivirus y que el mero hecho de disentir supusiera convertirse en una flamer: antes, era la encargada de atender a la prensa en Sevilla cuando de temas beceros se tratase, pero al dejar el foro, dejé el cargo. De todos modos, soy asquerosamente tímida y nunca me han gustado las fotos, así que el ver venir al periodista con una cámara me ponía bastante enferma. Menos mal que la televisión solía pasar bastante de los temas beceros y, por tanto, salvo un reportaje en Andalucía Directo en el que casi me sacan a rastras (el reportero nos hizo salir a todos los beceros que llevamos libros para que salieran; insistía en que toda la información por teléfono se la había dado yo y, por tanto, me tocaba salir en la tele), había mantenido mi imagen bastante resguardada. Si no soy capaz de hacerme una foto con un amigo, ¿cómo carajo me voy a ofrecer a salir en los periódicos?

Pero todo eso era agua pasada. Yo ya sólo tengo que ver con BookCrossing para temas de registro y liberación (y con los usuarios que son amigos, claro), así que cuando la encargada de prensa a nivel nacional me dijo que la gente de Seix Barral nos quería pasar cincuenta libros para liberarlos el veintiséis de enero, me pareció bien: hacer las notas de liberación y darse un paseíto por el parque no requiere demasiado esfuerzo. De hecho, ya me había olvidado de todo esto cuando me llegó un mail avisando de que se nos iban a enviar los libros, a dos semanas de la fecha señalada. Como tenían que enviarnos los libros, etc, me pareció que iban un poco justos de tiempo, pero semejante inicio no era nada comparado con el circo que se ha terminado montando:

Cuando me avisaron de que iban a mandar los libros, yo estaba haciendo un curso de formación y no llegaba a mi casa hasta las cinco de la tarde, así que indiqué que el envío se entregase después de esa hora o no iban a pillar a nadie para recogerlo, dado que mis padres y mi hermana estaban por ahí. Pues bien, la mensajera llegó a mi casa a las dos de la tarde. Si no me hubiera puesto enferma en el curso y me hubiera vuelto a casa antes de lo previsto, a saber cuándo iba a poder disponer de los libros, porque en ocasiones las mensajerías no vuelven a probar suerte, sino que te dejan un aviso para que tú recojas el paquete (no sé si éste hubiera sido el caso, pero me encantó leer eso de "Entregar a partir de las 17:00" impreso con letra gorda en la caja, en vista del caso que hicieron). Sin embargo, hubo suerte, así que aquí no había pasado nada.

O eso pensaba yo, porque había problemas con los derechos de autor de algunos de los libros, así que ese paquete había que devolverlo. Puesto que se lo podría llevar el mismo mensajero que trajese los libros correctos, no había problema. Empecé a trabajar otra vez en jornada partida, de diez a dos y de cuatro a ocho, pero mi familia había regresado y alguien habría para recoger las cajas nuevas y devolver la equivocada. De hecho, estaba almorzando en el trabajo cuando me llamó mi madre para comentarme que la mensajera alegaba que nadie le había dicho nada acerca de retirar el envío anterior y que había tenido que discutir un poco con ella antes de convencerla de que se llevara los libros y le cobrase los portes a Seix Barral, que nosotros no teníamos la culpa del error y que lo habíamos convenido así. Pero la mensajera al final aceptó retirar la caja, así que aquí no había pasado nada.

Registrar y etiquetar libros es una tarea muy entretenida, forma parte del ritual de liberación y, para mí, que pienso que todo libro que va a la calle es libro que se pierde para siempre, es la parte más interactiva y bonita de la actividad becera (en lo que a libros se refiere, claro), de modo que disfruté bastante con esa parte. Incluso aproveché para leer Una palabra tuya, de Elvira Lindo, antes de tener que soltarlo (preciosa novela, a ver si algún día me siento inspirada para hablar de ella). Todo iba bien hasta que, tras haber indicado que la liberación se haría a las cinco de la tarde en el Parque de María Luisa, me llega un mail especificando que la liberación será a las doce de la mañana. Unos ocho libros estaban ya anunciados para la tarde, pero como eran cincuenta, pensé que con especificar la hora correcta en todos los demás ya estaría bien y seguí. Aquí no ha pasado nada.

Como ya comenté, tengo la jornada partida, de modo que de diez a dos y de cuatro a ocho no tengo el móvil apagado, pero sí silenciado y metido en el bolso y no me entero si me llaman. Cuando el jueves empecé a encontrar llamadas perdidas de un número oculto, me dolió que me pillasen en horas de trabajo, porque estaba esperando que me avisaran de otro lugar y era una pena perder un puesto distinto mientras aún estaba en éste (se me termina el contrato en nada). Y mira que insistían... El viernes, además del número oculto, comenzaron los números desconocidos, aquellos que no tengo en la agenda y que no me suenan de nada. Esos números siempre despiertan mi curiosidad, porque ¿quién sería y qué querría?, pero en esta ocasión ya comenzaba a tocarme un poco la moral porque la batería del móvil, que había cargado esa misma noche, empezaba ya a dar las boqueadas. Cuál no sería mi sorpresa al llegar a mi casa, a las dos de la mañana (jejejeje, al salir del trabajo me fui de pingoneo con mis compañeras) y encontrar un e-mail donde se me indicaba que los de Cadena Ser querían hablar conmigo (obviamente, ni me encontraron, ni hablé con ellos). Dado que quienes me mandaban los mail eran los de prensa de Seix-Barral y nunca me dijeron que yo tuviera que atender a nadie porque ellos mismos ya habían pasado nota a los medios, saber que quienes me habían gastado la batería y hecho pensar que había perdido un puesto en otra parte era la prensa no me hizo demasiada gracia, pero merced a mi jornada me había librado de todos, así que aquí no ha pasado nada. Hasta hoy.

Estaba feliz y contenta en mi casa, preparando una primera tanda de unos treinta libros (yo sola no podía cargar con los cincuenta) para llevar al parque cuando me llaman al móvil. Un número que no conozco y al que descuelgo con curiosidad: es alguien que se identifica pero cuyo nombre no distingo y que me dice que qué pasa, que son las once y media y que allí no hay nadie. Yo contesto que qué me cuentan, si la liberación es a las doce y voy yo sola, así que prisas ninguna que demasiado que he encontrado a quien me lleve en coche hasta allí, que llegaré puntual, pero me contestan, con tono de voz irritado, que la nota de prensa de Seix Barral indica que todo era a las once y media. Me mordí la lengua por no contestar que yo esto lo hago por amor al arte, y que si Seix Barral convino conmigo que la liberación era a las doce y luego anuncia otra cosa, es problema de ellos y no mío, que ya les pueden ir dando por culo a todos. Pero el móvil no deja de sonar...

Al fin llego a Plaza de América, en el Parque de María Luisa, donde siempre se han hecho las liberaciones masivas en Sevilla, y aviso de que ya estoy allí, que si quieren algo que lo digan antes de que suelte los libros y me vaya. Me dicen que a ellos les han indicado que la liberación es en la Plaza de España, no en el parque, y que los del Canal Sur (ojo, me dijeron Canal Sur) lo tiene complicadillo para moverse, que por qué no voy para allá. Yo tengo treinta libros en una caja que pesa mucho, mi hermana ya se ha ido con el coche y, aunque la Plaza de España está muy cerca, con semejante lastre encima el camino se puede hacer muy largo (de hecho, se me hizo muy largo), pero acepté moverme hasta allí para encontrarme con que me tenían que grabar. ¡Que yo no quiero salir en la tele, que nadie me había dicho nada y yo iba sin peinar, con las gafas llenas de huellas de subírmelas como podía mientras cargaba la caja y unas pintas de gitana tremendas, que no quiero! Pero me graban, me entrevistan, me vuelven a decir que eso no es lo que Seix Barral les había dicho, los libros se acaban en diez minutos y a mi regreso a casa me encuentro notas de caza en las que se quejan de la mala organización.

Esto es más de lo que puedo aguantar. Los de Tele5, cuando hacen su liberación de abril por el rollo de los doce meses y las doce causas, contratan a gente que lleve y traiga los libros: a esos sí les pueden exigir. Pero yo soy un particular, yo hago esto por gusto y a mí nadie me dijo que tuviera que poner la cara para salir en la televisión, ni que tuviera que estar a las once y media en la Plaza de España, ni que se fuera a facilitar mi teléfono a una prensa a la que yo no atiendo desde octubre en que mandé a tomar por culo todo lo relacionado con BookCrossing que no fueran mis amigos y los libros. Para más inri, el dichoso reportaje no ha salido en Canal Sur. pero por si acaso hubiera pasado desapercibido y nadie lo hubiera visto, no ha faltado el voluntarioso que lo ha subido a Youtube para que el que quiera pueda verlo y encima dice que yo di mi consentimiento para salir en la televisión a nivel nacional... Me dijeron Canal Sur, que es autonómica, eso para empezar; nadie pidió permiso porque el muchacho del micro lo arrimó, y se acercó la cámara, porque yo estaba hablando con una chica que lo apuntaba todo en una libreta (vamos, que si miro todo el rato para un lado no es porque sea bizca ni nada, sino porque la chica estaba allí y yo estaba junto a la caja de los libros); y encima lo cuelgan en Youtube por si alguien no sabía que se había emitido esto. Tiene cojones.

Tiene cojones que los de Seix-Barral hayan hecho lo que les ha salido de los huevos y luego, en las entradas de las capturas de los libros, se hable de mala organización porque llego media hora tarde y al punto que no es, cuando fueron los de la editorial los que anunciaron la hora y el lugar erróneos. Tiene huevos que yo tenga que cargar treinta libros de un lado a otro porque hay allí una prensa que nadie me dijo que tendría que atender. Tiene huevos el comentario de "Te he visto en Youtube", cuando huyo de las cámaras de fotos y me niego en rotundo a publicar cualquier imagen mía, porque me cuesta trabajo ir a hacerme las fotos de carnet.

Para la próxima, que no cuenten conmigo, porque el cabreo que tengo hoy no se ve bien reflejado en estas palabras.

20.1.08

Simbiosis y otras porquerías

En el post del otro día se me olvidó comentar que Kotonoha va dejar de sacar series, se despide del mundillo de los scans en el 2008. Sólo hay un par de personas a las que les haya comentado esto y que lo hayan deplorado tanto como yo, pero no obstante dejo constancia aquí de mi pesar por este hecho: ¡ahora que empezaba a investigar otros géneros y otras temáticas en el manga, aquellos que me surtían de material abandonan la actividad! ¡No es justo!

Fue en esa web donde descubrí la existencia de Milk Closet, de Hitoshi Tomizawa, una serie que no me apasionó pero me enredó de forma enfermiza: es tan rara, tan extraña, varía de tal modo cada vez que crees comprenderla, que leerla fue un acto de masoquismo (ya se sabe que sarna con gusto...). Sin embargo, Milk Closet venía avalada por sus similitudes con Alien 9, serie que todo el mundo alababa muchísimo, así que cuando me topé con los tres volúmenes (acabo de enterarme de la existencia de una secuela, Alien Nine Emulators) una tarde que llevaba dinero suficiente en los bolsillos, no pude resistirme a llevármelos.

Ha sido el dinero mejor invertido de las últimas semanas. ¡Alien 9 me gustó tanto que, cuando terminé el tercer tomo y supe que existían cuatro OVA que narraban más o menos la mitad de la historia, lo siguiente fue buscarlas y verlas! Por cierto, las encontré aquí y me parecieron una muy buena adaptación. Se toman sus licencias, sí, sobre todo con los sueños de la protagonista, pero es bastante fiel al manga y me encantó. De hecho, el opening es una canción tontorrona y el ending me parece muy deprimente, pero ambas canciones son ahora habituales en mi lista de mp3 (sí, paso de un extremo a otro con mucha facilidad, primero me alegro con la primera y luego me corto las venas con la segunda), hasta tal punto me gustó lo visto...

Supongo que, antes de lanzarme a entonar las alabanzas de la serie y sus similitudes con Milk Closet, sería preciso comentar de qué va, ¿no? Pues vamos allá:

Yuri Otani sale elegida "Encargada de las contramedidas frente a los aliens", cargo que no le gusta nada porque implica no sólo que tendrá que atrapar a todos los extraterrestres que aterricen en el patio de su escuela, sino que habrá de servirse de un borg para ello... Y los borg son aliens que se alimentan de la suciedad del cuerpo humano, así que no sólo tendrá que exponerse a los ataques de los bichos ajenos, sino también a los lametones del bicho propio. Un asco, aunque el puesto la exima de presentarse a las pruebas de selectividad y otras labores escolares. La acompañarán en esta tarea Kasumi Tomine y Kumi Kawamura.

Yuri se asemeja mucho a Hana Yamaguchi, la protagonista de Milk Closet, ya que también termina por convertirse en pieza clave de la trama, pero a costa de pasar muchísimo miedo: se la ha elegido para una misión que no quiere enfrentar. Si Hana tenía a Tarou, Yuri tiene a Kumi, que es seria, responsable, metódica; y a Kasumi, que en teoría es perfecta en todo y parece tomárselo todo como un juego, pero es muy eficiente. Aunque el rostro de Yuri sea idéntico al de Hana, en Milk Closet los niños tienen ocho años, en tanto que en Alien 9 tienen once y doce y eso se nota: lo que en el otro manga son figurillas rechonchillas que casi me parecían grotescas, aquí están mucho más estilizadas. Los rostros siguen siendo muy redondos e infantiles, dado que siguen siendo niñas, pero en general el dibujo me parece más bonito. Es más, ¡incluso los aliens me dan menos asco en este manga!

Si en Milk Closet los simbiontes se introducían por salva sea la parte de la anatomía de los niños, en Alien 9 se sitúan sobre la cabeza, en forma de casco, con lo cual resultan más graciosos y menos chocantes. No obstante, de nuevo se juega muchísimo con la verdadera identidad de los niños: en Milk Closet, los bichos pueden regenerar a sus huéspedes a base de bolitas y nunca se cuestiona si son los niños originales o réplicas; en Alien 9 también hay muertes y resurrecciones similares, pero sólo una de las implicadas se cuestiona si sigue siendo humana.

Además, si en Milk Closet las respuestas dan lugar a nuevos interrogantes en una vuelta de tuerca tras otra, Alien 9 es igual de intrigante, ofrece la misma cantidad de respuestas (ninguna), pero la trama es en cierto modo más lineal, más sencilla, y por tanto es más fácil no sentirse perdido (o estafado). Tenemos unos extraterrestres que campan a sus anchas por los patios de los colegios y una profesora que estudia de cerca a las encargadas de las contramedidas frente a los aliens para determinar quién es la mejor de las encargadas, pero por qué los extraterrestres se acercan a los niños, la verdadera naturaleza de la relación entre los borgs y las niñas, qué quiere exactamente la profesora y cómo empezó todo en realidad son incógnitas que no se despejan por completo. Así, toda la trama subyace bajo los encuentros entre las niñas y los distintos extraterrestres, capítulos que permiten ir desarrollando las relaciones entre los personajes, así como presentarlos y mostrar sus habilidades y su evolución.

Me sorprendió cierto puntillo shoujo-ai en Alien 9, aunque tiene su explicación...

Todo lo anterior quizá me sirva para razonar por qué Alien 9 me gustó más que Milk Closet, pero tal vez no explica por qué me apasionó tanto la serie. Quizá sea porque el dibujo es infantil pero la historia no, dado que bajo algo tan simple como la caza de los extraterrestres hay mucho más: Yuri es el típico personaje a proteger, la protagonista, pero el resto de los personajes tiene metas, objetivos y deseos y el desarrollo de todos ellos es evidente. Tanta batallita con los bichos es muy entretenida, muy ligera y llevadera, ¡pero hay que descubrir a qué se debe, qué pretenden! De modo que entretiene y desconcierta, con lo cual consiguió engancharme porque no despista tanto como para sentir que están jugando conmigo, sino que oculta información en su justa medida.

Y sé que me quedo corta, pero no me enrollo más.

17.1.08

Tonterías varias

Hala, cosas sueltas que me quedé con ganas de comentar:

-¿Que yo me gaste diez euros en un libro?
Hace poco comenté mis (pésimas) impresiones sobre A solas con Nacho y alguien que no quiso dejar su nombre me escribió el siguiente comentario: "Oye, ¡que mala eres! ¿Que quieres por un libro que vale 10 € y que a ti te salió gratis?". Supongo que esa persona no se paró a pensar que yo no pedí ese libro, sino que me fue ofrecido, así que es harto probable que yo jamás me hubiese gastado diez euros en una novela como ésa. Básicamente, porque desde que entré en BookCrossing me llegan demasiados libros que sí me apetece leer por otras vías; desde que en El Giraldillo hay saldos, me surto de cosas que me gustan por muy poco precio; y desde que Byblos vende novela histórica, ciencia ficción y fantasía por cinco euros, gastarme diez en una novela me parece tirar el dinero.

Si tengo en cuenta mis gustos y mis hábitos de consumo, A solas con Nacho era un libro que o me lo regalaban, o no hubiera leído nunca.

-Más libros gratis
El premio Biblioteca Breve, de la Editorial Seix Barral cumple cincuenta años y, para celebrarlo, ha enviado libros a todas las capitales españolas para que sean liberados el 26 de enero. Esta editorial suele publicar las obras de Eduardo Mendoza y Antonio Muñoz Molina, algunos de mis ídolos literarios, así que estoy impaciente porque los libros lleguen y sean liberados, probablemente por la tarde y en el Parque de María Luisa, concretamente en la Plaza de América. Para ser sincera, imagino que alguno habrá que lo cace yo misma... Si alguien de Sevilla pasa por aquí y quiere colaborar en el transporte, pillar algún libro o tomar café con los beceros de estos lares, que avise.

-El yuri me persigue
Mis padres se han ido al piso de la playa; mi hermana está en el trabajo; y, por razones que no vienen al caso, ya no tengo que asistir al curso de formación al que estaba yendo estos días (eso sí, empiezo a trabajar el lunes en otro sitio donde ya estuve antes), así que podía disponer del reproductor de DVD del salón a mi antojo y escogí una serie en .avi para verla con tranquilidad, tirada en el sofá. Dado que muchos grupos españoles comprimen en .mp4, opté por pillar una serie de Shinsen-subs, Yami to boushi to hon no tabibito, que seguro que estaría en el formato adecuado para verla en el salón.

Como de costumbre, había bajado esta serie sin tan siquiera saber de qué iba, sólo porque se trataba de un re-share y así la tendría completa. Cuál no sería mi sorpresa cuando, en el primer frame, me encuentro a una morena y a una rubia abrazadas, en tanto la morena cuenta cuán cálido era el cuerpo de la rubia. Tras haber tenido que lidiar con los manga de Kannazuki no miko y Simoun y de las series Blue drop y Strawberry Panic como correctora, he llegado a una conclusión: ¡el yuri me persigue!

Por ahora, aún voy por el cuarto capítulo y la serie sólo me parece una excusa para mostrar carne, porque todavía no me hago con la trama: sé que existe una librería en la que cada libro contiene un mundo al que se puede viajar, pero saltan de una historia a otra y de un libro a otro sin aparente concierto y no consigo enterarme de qué va todo esto. De hecho, personajes que ya parecían conocerse en el segundo capítulo se presentan en el tercero como si se vieran por primera vez... ¡No me aclaro!

-Stardust
En La torre del nigromante escribieron un post sobre la película Stardust. Nunca me he contado entre la legión de seguidores de Neil Gaiman, pero esta película sí me apetecía mucho verla. Tanto me gustó, que pedí la novela por Reyes y... ¡Oh, qué pena! Tiene muy poquito en común con la película. No tengo quejas de la novela, que se lee en un ratito y realmente es muy amena, pero me divertí mucho más en el cine.

Creo que jamás seré lectora de este hombre. Seguiré adorando a Terry Pratchett.

Y como no tengo más ganas de escribir por hoy, ahí queda eso.

15.1.08

Ámame... Pero hasta el fondo

Si el título de este post no da una idea lo bastante aproximada del tipo de libro que voy a comentar, seguro que la sinopsis del mismo sí resulta muy reveladora:

"Cuando Lady Caterine Keith recibe al protector que le envía su hermana Linnet MacKenzie para ayudarla a defender sus tierras del rapaz Sir Hugh de la Hogue, su enfado no tiene límites: Sir Marmaduke Strongbow no sólo es inglés, como su odiado enemigo, sino que, además, tiene el rostro completamente desfigurado.

A pesar de sus reparos, a la dama no le queda otro remedio que aceptarle como paladín y esposo, pues sabe que es el único que puede ayudarla a recuperar la confianza de sus vasallos y, sobre todo, a infundir valor a su atribulado hijastro. Muy pronto, Lady Caterine se dará cuenta de que la cicatriz que surca el rostro de Sir Marmaduke esconde una gallardía inigualable y un coraje indomable.

El noble caballero no sólo tendrá que hacer frente a las huestes de Sir Hugh, sino también emprender la más decisiva de todas sus batallas: conquistar el corazón de Lady Caterine, tan poblado de demonios y de sombras del pasado como el suyo propio.

Nuevamente, Sue-Ellen Welfonder ofrece en esta espléndida novela una épica historia de amor ambientada en la Escocia legendaria."

Cualquiera que me conozca se sorprenderá de que haya leído este tipo de obra, pero el que cayera en mis manos tiene su historia, historia que tiene su origen en BookCrossing: unas amigas a las que conocí a través de esta página me hablaron, muertas de risa, de la novela El beso del highlander, de modo que cuando encontré esta novela entre los libros que se iban a liberar en el Encuentro Nacional de BookCrossing me acordé de ellas y decidí traérmela desde Barcelona. Aquí lleva, en casa, desde noviembre, esperando que pueda volver a quedar con ellas para pasarle el librito en cuestión, cuya portada ya es todo un topicazo del género (no haré comentarios sobre cómo la cara de la tía me recuerda a cualquier videojuego de estos hiperrealistas...). Sin embargo, el otro día buscaba algo que llevarme para leer en el autobús y, al ver La novia de la bestia en lo más alto del montón, decidí cogerlo: al fin y al cabo, aunque tenga cuatrocientas setenta y ocho páginas, el tamaño de la letra es tan enorme que no debía durarme más que el viaje de ida y vuelta...

En efecto, es un libro que se puede quitar de enmedio rápido, cosa que es de agradecer porque ¡mira que es malo! No sólo está escrito de esa forma untuosa y empalagosa en la que una de cada dos palabras es un adjetivo para resaltar la suavidad de su piel (generalmente seda), el brillo de su cabello, la turgencia de los pechos o lo rotundo de la virilidad (creo que virilidad es la palabra que más veces aparece), sino que es absurdo también en el contenido: ya en las primeras páginas, la amiga de la protagonista le dice, claramente "Tú lo que necesitas es un buen polvo" y, en cuanto llega el protagonista y la saluda, ella ya sabe quién se lo va a echar... Se supone que Caterine tiene un trauma y no disfruta del sexo porque fue violada por los ingleses, pero en cuanto ve a este inglés en concreto, más macho que nadie y del que se menciona una y otra vez que tiene la polla más grande de todas las Islas Británicas, decide que se quiere deshacer del trauma a polvos. Con el coraje que me da esa típica frase machista ("A esta lo que le hace falta es un buen polvo"), resulta que Sir Marmaduke, el protagonista, es un estupendo psicólogo que le hace olvidar el mal trago a base de, ejem, ejercicio.

Toda la novela es sexo, no sé cómo ninguno de los personajes sufre algún tipo de cardiopatía, agotamiento o similares, porque no consigo imaginar cómo debe ser vivir en excitación constante sin que eso tenga repercursiones en la salud: a Marmaduke le proponen casarse con Caterine y, sin conocerla aún, él ya sabe que va a amarla, pero en cuanto vislumbra su pelo rubio (la de veces que comentan que el vello púbico de la dama también era rubio...) sabe que es la mujer de su vida y que si le da suficiente placer, ella corresponderá a su amor. ¿Desde cuándo calentón y amor son sinónimos? Porque se describe al protagonista como alguien con el rostro desfigurado, pero a cambio se dedican páginas enteras a exaltar su musculatura, su virilidad y el tamaño desaforado de su sexo casi siempre enhiesto. Para colmo, el héroe tiene tal capacidad de penetración en el ser humano (sobre todo, literalmente), que descubre al primer vistazo que el heredero del castillo tiene un severo complejo de inferioridad y, para rehabilitarlo ante sus hombres, ¡no le deja hacer nada en absoluto, sino que se dedica a ser él quien destaque sobre todos, lidere a todo el mundo y libre lo peor de las batallas!

Para corroborar que toda la novela es flojísima, añadiré que la forma en que se descubre al traidor es chapucera; que las pocas escenas de batalla son cutrísimas; que el villano no hace nada en las casi quinientas páginas, más que morir al final como corresponde; que el final es el típico final feliz, aunque esta vez que se consiga que el amor triunfe a golpe de cadera; y que la prosa es repugnante. Sin embargo, me resultaba tan increíble todo esto que me tuve que reír: no veo el momento de pasarle esto a mis amigas y poderlo comentar.

6.1.08

"¡Qué mal... l... lo!"

Por supuesto, la que sigue a continuación es una opinión meramente subjetiva, de alguien que no tiene formación alguna en el campo literario y por tanto basa dicha opinión en sus propias sensaciones durante la lectura... De modo que, quien lo desee, puede juzgar por sí mismo leyendo el libro aquí o, dado que es un libro BookCrossing, puede pedirme mi ejemplar y se lo paso gustosa (siempre que sea alguien de España, que me niego a hacer envíos internacionales).

Una vez aclarado esto, empiezo:

Aunque ya no me pase por el foro, sigo siendo una usuaria de BookCrossing bastante activa en lo que a liberaciones e intercambios se refiere, así que a veces las editoriales o los autores me envían libros con la condición de que los comente y los haga circular. Así es cómo llegaron a mis manos varios libros de Ediciones Destino (tengo pendiente hablar de Algo tan parecido al amor), Alejandro Volnié (Martes y viernes me gustó bastante) o el que hoy comento. Lo cierto es que, gracias a esta página, tuve la ocasión de conocer a Espido Freire y ella misma comentó que a veces las críticas son muy crueles, con lo cual me siento un poquito cohibida cada vez que opino sobre un libro y pienso que el propio autor puede leerlo: al fin y al cabo, si digo que la obra me parece pedante, insufrible, aburrida o similar, ¿no lo estoy atacando a él en persona, juzgándole por su estilo literario? Supongo que a nadie le gusta que saquen faltas a su trabajo y que el autor publica pensando que lo ha hecho lo mejor posible, de ahí que escribir sobre A solas con Nacho se me haga un poco cuesta arriba porque ¡el libro me ha parecido insulso a más no poder y me da apuro que el autor se entere!

El libro me ha parecido soso, a pesar de lo que se prometía en la sinopsis:

"'Ya lo conseguiste, ya estás muerto, ¿y ahora qué hago yo? ¡Ahora qué hago yo, Dios mío!?. Así arranca, entre tormentoso y alucinado, el largo monólogo con el que una joven intenta saldar sus cuentas con la historia. Una sola voz, una sola noche, una muerte por esclarecer, y todo disfrazado de historia de amor. ¿O es tal vez el amor el que se disfraza de muerte?

A solas con Nacho no es una historia de amor convencional, más bien parece una novela de capa y espada siglo veintiunesca, con romances urbanos, amores imposibles e incluso un duelo posmoderno. Sus páginas rezuman romanticismo, pero se trata de un romanticismo demasiado afilado como para que no resulte peligroso, como una cuchilla de afeitar. Y a lo largo de toda la historia aletea ese pensamiento que Dostoievski puso en boca del príncipe Mishkin: la belleza salvará al mundo. Aunque la belleza, a veces, también mata."

Para empezar, mi concepción del romanticismo abarca no sólo el fondo, sino la forma, y ésta falla de forma estrepitosa en toda la novela (insisto, hablo de mi propio gusto) hasta tal punto que yo el romanticismo no lo vi, con lo cual también la cuchilla de afeitar pasó desapercibida. La novela consiste en un largo monólogo que Cristina dedica al cadáver de Nacho (¿esto no lo habían inventado ya?), en el que se intercalan breves párrafos para indicar que llora, que se serena, que sonríe ante un recuerdo hermoso pero... Si cambia su estado de ánimo, ¿por qué no se altera el ritmo de su discurso? Es más, si Nacho está muerto y no tiene prisa por irse, ¿por qué Cristina desgrana sus penas como si fuera una metralleta? ¡Que cualquiera diría que le cobran los puntos y seguidos o las mayúsculas del principio de la frase! La inmensa mayoría del discurso de Cris está jalonada de comas, aunque las ideas incluidas en la parrafada sean muy diversas o no tengan ningún tipo de conexión entre sí: comas, comas y más comas, de una forma que, lejos de hacerme comprender el agobio de Cris, me inducían un agobio propio. Esta forma de escribir siempre me ha cansado mucho y muy pronto, me irrita sobremanera. Puedo entender que la extensión de las frases sea determinante para el ritmo de la obra, pero no puedo comprender por qué las frases han de ser eternas sin más, por muy atropelladamente que hable el personaje.

Para más inri, dicho personaje me cayó como una patada en el hígado. ¡Qué tía más tonta! Para empezar, se hace mucho énfasis en que es argentina y en que el hablar de su tierra es tan dulce que, aunque no fuera guapísima y perfectísima en lo que al físico se refiere, se traería a todos de calle sólo con su verbo... Bueno, con su acento, no con su verbo, porque la pobre muchacha puede que se declare universitaria, pero hace gala de una manifiesta ignorancia en temas de cultura general (yo nunca he estado en Roma y tenía menos problemas que ella para reconocer los lugares que visitó, con eso lo digo todo), así que no sé hasta qué extremo podría tener una conversación interesante. Y por si acaso no quedase claro que ella encuentra su forma de hablar mucho más encantadora que el seco y cortante "español de España", hace mucho hincapié en que su expresión "¡Qué mal... l... o!" era entrañable y casi el secreto de su éxito. Según las normas de la RAE, "Los puntos suspensivos (...) suponen una interrupción de la oración o un final impreciso", así que ese "¡Qué mal... l... o!" no me hace pensar en una l arrastrada, sino en una frase entrecortada, como si la chica tuviera asma y el aliento no le llegase para terminar la exclamación.

Si la forma de narrar no me gusta, difícilmente podré sentirme afectada por lo que se cuenta, de modo que no sólo estuve pensando todo el rato que Cristina había obtenido lo que se merecía y que no podía justificar de ninguna manera su modo de vida, sino que me vi venir todo el drama y se ratificó que la protagonista es subnormal. Si Nacho no se suicidó y ella se culpa de su enfermedad desde el principio, no es difícil adivinar cómo causó ella la muerte de él; lo que es más difícil de explicar es cómo se infectó ella, si las putas de lujo es de suponer que deben estar más controladas y usar profilácticos... Que sí, que sí, que antes de cobrar, hacía estas cosas por vicio, pero tal y como lo ella lo describe fue con gente de su círculo de amistades y se hubiera enterado antes de que era seropositiva, ¿no? El modo en que descubre que está infectada también es un poco raro: que yo sepa, el análisis que te hacen para diagnosticarte anemia no es el mismo que para el VIH, luego alguna otra sintomatología debía presentar para que se le hicieran esas pruebas.

Como no tengo más ganas de escribir, resumiré este libro como típica historia de persona que, atormentada por su propia bajeza, se redime por el amor sublime de un tonto que todo lo aguanta y todo lo perdona; tan tonto que, con lo fácil que es evitar infectarse, muere de SIDA en tanto ella le sobrevive para quejarse y torturarnos con sus quejas. Un libro que, quizá, si hubiera estado escrito de otra manera y hubiese profundizado más en determinadas cosas hubiera sido angustioso y estupendo, pero que tal y como es me ha resultado una lectura intrascendente que sólo quería quitarme de encima lo antes posible.

Si nadie se ofrece a darle un hogar, lo abandonaré en la calle cuanto antes.